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domingo, 9 de marzo de 2025

MITOS EN META (2): REFLEXIONES SURGIDAS POR EL CONVERSATORIO

LOS MITOS FUNDACIONALES DE VENEZUELA

En ensayo anterior reseñé el evento del jueves 20 de febrero en las instalaciones de META Miami, un conversatorio conmigo, autor de MITOS DE NUESTRA HUMANIDAD, y el Dr. Asdrúbal Aguiar, miembro de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras de España, Cádiz. El evento fue conducido por la Dra. Beatrice Rangel quien inició la sesión de preguntas con la pregunta candente, “¿Por qué no tiene Venezuela un mito civilizatorio?” Parte de la respuesta a esa pregunta y las subsiguientes se recaban en aquel ensayo anterior “MITOS EN META (1)”, pero posteriormente en correspondencia con el Dr. Aguiar, y con la misma Dra. Rangel, desarrollé reflexiones adicionales.


DE LA ESPADA DE BOLIVAR AL GENDARME NECESARIO

No podemos ignorar a Simón Bolívar como figura fundamental formadora de nuestra historia, y del mito fundacional de Venezuela y su área de influencia. Su resplandor como creador del mito del hombre fuerte, sin embargo, no tiene que cegarnos a sus otros aspectos que se traducen en una interpretación más cercana a la levita que a la espada, imágenes que utiliza el Dr. Aguiar para exponer sobre la razón y la emoción en la formación de las naciones. Como ser humano que vivió muchos ciclos de transformación y que además produjo gran cantidad de escritos, su pensamiento no es único en su consistencia ni diáfano en sus ideales. Cualquier autor, o pichón de hombre fuerte, puede enfocarse en citas seleccionadas o incluso documentos completos en los cuales Bolívar se inclina más por la naturaleza autoritaria que por la liberal. Me inclino más por lo segundo, por el Bolívar que, al hacer recomendaciones a la Constituyente de Angostura, defiende lo que solo puede interpretarse como la libertad e independencia de la prensa (el Poder Moral), el que insiste en la necesidad de renovación de liderazgos políticos:

“Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía.”

Bolívar, el que le dijera a los legisladores constituyentes, refiriéndose a sí mismo: “En este momento el Jefe Supremo de la República no es más que un simple ciudadano; y tal quiere quedar hasta la muerte.” 

Podemos discutir acerca de sus propuestas acerca de una cámara alta aristocrática y hereditaria, pero claramente las propuestas en su totalidad son para un gobierno institucional, con aquellos tres poderes definidos por Montesquieu. Propone un ejecutivo fuerte, modelado sobre la constitución de los EE.UU., en vez de un Primer Ministro bamboleado y sujeto a las vicisitudes de las facciones y partidos de un poder legislativo, como en el modelo de Inglaterra, modelo fustigado por Hamilton en The Federalist Papers. El discurso de Angostura es un documento fundamentalmente liberal, adaptado a las condiciones que había estudiado, visto y vivido Bolívar hasta ese momento.

Ciertamente puede argumentarse que su Carta a Flores y la “Constitución Monárquica” de Bolivia sugieren un giro hacia la tesis del Hombre Fuerte, la espada, y muchos han adoptado a conveniencia esta faceta de Bolívar. Pero como él mismo le pronostica a Flores, ante la falta de institucionalidad, la región caerá en manos de “tiranuelos imperceptibles” con ánimos fuertes y una multitud que “sigue la audacia sin examinar la justicia o el crimen de los caudillos.” De ocurrir esto, predice que “sí fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, este sería el último período de la América.”

La interpretación benevolente es que Bolívar ve en los tiranos el camino a la desaparición de la civilización. La interpretación oportunista es que Bolívar ve la necesidad de un tirano omnipotente y unificador que conduzca a la región. He allí el hilo que nos conduce al Cesarismo democrático de Vallenilla Lanz, que reconoce a las guerras desde la llamada de independencia hasta la revolución restauradora como una serie de guerras civiles, clasifica a Venezuela como un “estado guerrero”, y justifica a Juan Vicente Gómez, el hombre fuerte que domó al cuero seco, ese que uno pisaba en una esquina y se levantaba en otra. Así se establece este mito como el creador de la nación moderna venezolana: el Gendarme Necesario.

EL SURGIMIENTO DEL DESPOSEÍDO

Al mismo tiempo que los tiempos de Gómez, a nivel mundial está ocurriendo un cuestionamiento de los modelos económicos y políticos paradigmáticos. El capitalismo, motor de la revolución industrial, habídegenerado en monopolios cómplices de gobiernos corruptos hacia finales el S. XIX manteniendo a las clases trabajadoras en niveles casi de subsistencia. Las ideas milenarias del socialismo marxista y nacionalista, e incluso el liberalismo anarquista, se difunden y generan movimientos políticos sin verdaderos precedentes históricos que terminaran desembocando en revoluciones y guerras mundiales.

Latinoamérica no es inmune a esa efervescencia ideológica, y la idea del pasado feliz y noble penetra su psique. Surgen obras como el Ariel (y Calibán) de Rodó y otras que ensalzan un ideal puro. El trabajador sencillo, el campesino y el obrero, se convierten en la esencia de esa pureza, que será rescatada por los movimientos que protegerán a los desposeídos, los descamisados y los pobres. El populismo socialista se apodera de la región, en algunos casos asociados directamente con el comunismo leninista de la URSS, en otros con el socialismo nacionalista emergiendo de Alemania e Italia. La figura del desposeído injustamente por fuerzas más allá de su capacidad de control se convierte en un mito útil para ese populismo creciente, que se nutre de él para hacer “revoluciones” que en realidad son sustituciones, manteniendo las estructuras sociales y económicas fundamentales, pero comandadas por élites sustitutivas.  

Con la muerte de Gómez en diciembre de 1935, Venezuela entra un periodo de transformación zarandeado por esas fuerzas políticas internacionales. En ese momento no está nada claro cual es el futuro del mundo: un mundo capitalista sacudido por la caída de la Bolsa en 1928 y la consecuente depresión económica; un mundo fascista, con el surgir del Nazismo en Alemania que promete restaurar y fortalecer los ideales de cada pasado nacional glorioso; o un mundo comunista, con el modelo Imperial Leninista que promete reivindicaciones sociales a los desposeídos del mundo. Diez años después, se aclara un poco el panorama con la derrota del fascismo Nazi, y en Venezuela la revolución de octubre 1945 derroca al modelo proto-fascista (del hombre fuerte) para convocar una constituyente que reivindique las injusticias sociales de los desposeídos.

La alianza de esos dos mitos, del hombre fuerte y del desposeído, representada por la confabulación de Marcos Pérez Jiménez y Rómulo Betancourt para derrocar al General Medina Angarita estaba destinada al fracaso y ruptura. En noviembre de 1948 el recién electo, bajo la nueva y flamante constitución que otorga el derecho al voto universal y promete la justica social, el presidente Rómulo Gallegos, primer civil desde José María Vargas en asumir la presidencia (salvo alguno que otro comodín interpuesto por algún hombre fuerte), es derrocado por un golpe militar. Regresa el hombre fuerte a imponer el orden predecible sobre el caos y desorden creativo de la democracia incipiente. Las levitas letradas se fugan y desaparecen.

Pasarán otros diez años en Venezuela hasta que la semilla sembrada de la democracia, y el anhelo perenne de la libertad, derroque en una rebelión popular al dictador Marcos Pérez Jiménez, el cual progresivamente apretaba las tuercas represivas y extendía su manto corrupto sobre la nación. Con la caída del dictador el mito del desposeído cobra fuerza e incluso se personifica en diversos personajes, incluyendo Juan Bimba, prototipo del venezolano en el imaginario popular y político, y protagonista renuente de los enfrentamientos en la cima de la guerra fría.  

En 1960 Nikita Kruschev se quita el zapato y golpea el podio en las Naciones Unidas enfrentando las acusaciones de interferencia en países del llamado tercer mundo (término fabricado por la mima URSS). Esto ocurre cuatro años después de que Kruschev dijera en reunión entre diplomáticos en Polonia que el comunismo soviético prevalecería sobre el capitalismo occidental. Dijo entonces la famosa frase “nosotros los enterraremos” apenas un mes después de aplastar la revolución húngara de 1956. En octubre de 1962 se llegará al punto máálgido de la guerra fría al romper la crisis de los misiles, cuando la URSS trata de profundizar su huella estratégica en las américas.  

El derrocamiento de Pérez Jiménez ocurre en este momento álgido del enfrentamiento entre las potencias imperialistas, y cada facción política local tiene su propia idea de cómo enfrentar al Gendarme con Juan Bimba, creando tensiones que eventualmente desembocan en los movimientos de la Lucha Armada. Esta es apoyada por el comodín de Moscú, Fidel Castro, a quien el protagonista de la gestación de aquel periodo democrático en Venezuela, Rómulo Betancourt, aborrece con pasión. Esos odios se transforman en alianzas geopolíticas en el gran ajedrez de terror nuclear caracterizando a la guerra fría.  

A partir de 1968 con la invasión a Checoslovaquia, y el creciente número de disidentes desenmascarando el aparato represivo e hipocresía ideológica del régimen de Moscú, decaen las razones de los participantes en la Lucha Armada y comienza el proceso de pacificación y reconciliación en Venezuela.  La reivindicación de los desposeídos se vuelca al terreno del debate político, y comienza un proceso de creciente conformismo por las clases dirigentes que, basados en el rentismo petrolero, crean una burbuja económica con gríngolas hacia el creciente descontento generado por las expectativas crecientes de los Juan Bimbas del país ansiosos de participar en el festín, pero sujetos a los vientos del clientelismo político y la justicia desigual  

EL DELINCUENTE OBLIGADO: REVOLUCIONARIO

Hugo Chávez aparece en escena con la espada justiciera, fracasa en su primer intento de apoderarse del poder con esa espada, pero le hace juego a las levitas para encumbrarse finalmente en el primer año del nuevo milenio. En su discurso del 4 de febrero del 2000, recién instalado en la presidencia y ante un desfile militar en su honor, transforma el mito del desposeído, del abandonado por la justicia y la sociedad próspera que le rodea. Ahora el Desposeído se convierte en el Delincuente Obligado, con derecho a hacer su propia justicia y ley en contra de la sociedad que lo llevó a su condición. Con derecho a ser un revolucionario en contra de esta sociedad; y en nombre de la revolución actúa. Esta idea no es verdaderamente original de Chávez, ya la vemos en la justificación revolucionaria marxista (o de casi cualquier revolución) e incluso como defensa en tribunales de justicia. Pero Chávez permite que este mito se convierta en base para la transformación social de Venezuela. El Delincuente Obligado es esencialmente Revolucionario.  

Transformar al Desposeído en el Delincuente Obligado (revolucionario) inicia la fractura del monopolio de la violencia del estado y crea un ambiente de división social que llevará al país a uno de los periodos mas sangrientos de su historia fuera de sus guerras, pero comparable. Miles de muertos por violencia delictiva en un corto periodo de menos de diez años son evidencia de esta fractura. Las estadísticas que colocan a las ciudades del país entre las mas violentas del mundo son más evidencia contundente. En este ambiento de delincuencia desatada la ecología y selección natural conduce a la formación de bandas cada vez más poderosas, con el “Preso Rematado Asesino Natural” como líder de organizaciones que abarcan territorios y estados, encontrando en el narcotráfico su mejor aliado para hacer el salto transnacional. Debido a que el estado promueve la división social bajo el lema maquiavélico de “divide y vencerás” la eventual (¿u original?) asociación entre miembros del gobierno y estas bandas ocurre también de manera natural. La fractura del monopolio de la violencia del estado se mantiene hoy en día, un cáncer que difícilmente será vencido sin represión efectiva para restaurar la ley, el estado de derecho y el monopolio de la violencia en manos del estado. Esa es la trágica cola del mito del Delincuente Obligado, mito fundacional del chavismo que fusiona al Gendarme Necesario con Juan Bimba.  

Hugo Chávez, con su desdén ante las instituciones democráticas demostrable desde 1983, con su juramento ante el Samán, hasta su intentona de 1992, se transforma en la persona que los desposeídos pensaban les haría participar en el festín (y que parcialmente pudo hacer durante su bonanza petrolera, legado del aparato productivo de la república que destruyó). Chávez prometía una revolución económica y social que nunca llegó, como toda utopía milenaria. Chávez lo que hizo fue sustituir a las élites, incluso aquellas que oportunísticamente lo apoyaron en su momento y, apoderándose y modificando a su conveniencia los aparatos burocráticos y económicos del país, llevó la corrupción a niveles nunca vistos. Una corrupción gigante, corrosiva y endémica, y que llevará el país a la ruina.

El verdadero legado de Chávez fue convertir al estado en una banda criminal, y crear una macro-burocracia con la mayor corrupción administrativa que haya desfalcado un país. Lástima que muriese joven, porque todavía su estatuilla se puede hallar entre algunos altares de santería en el país, escuchando a alguien recitar el “Chávez Nuestro” (*), en esperanza de que finalmente le cumpla su promesa al desposeído. Ese verdadero legado no lo asocian con él, solamente le rezan a la promesa incumplida.

Los mitos y símbolos que han forjado al país no han sido conducentes al entorno civilizatorio que nos reclamaba la Dra. Rangel con su pregunta. En lo que parece la antesala de un nuevo país, los mitos del gendarme necesario, del desposeído, y del delincuente obligado revolucionario pesan, pero esperemos que los lideres en esta antesala tengan la capacidad que tuvo Chávez de transformar un mito en otro para crear ese nuevo país. La energía ciudadana desatada en Venezuela durante los últimos dos años es canalizable hacia ese nuevo mito, uno que establece la capacidad y poder del ciudadano como parte de la construcción de un nuevo país, el mito de la libertad.

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Presentación de Carlos Rangel en el evento de META MIAMI

Dr. Asdrúbal Aguiar: Mitos que conspiran en contra de la libertad en Venezuela - A propósito del libro de Carlos J. Rangel (enlace próximo a colocar)

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(*) El "Chavez Nuestro"

“Chávez nuestro que estás en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros los y las delegadas,
Santificado sea tu nombre,
Venga nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá.
Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día,
No nos dejes caer en la tentación del capitalismo,
Más líbranos de la maldad, de la oligarquía (como el delito del contrabando),
Porque de nosotros y nosotras es la Patria, la paz y la vida,
Por los siglos de los siglos amén.
Viva Chávez”.

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Carlos J. Rangel
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viernes, 7 de marzo de 2025

MITOS EN META (1): EL EVENTO

 “EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS”

Entre semialucinantes lienzos representando un imaginado pasado con símbolos indígenas y amazónicos, conversamos la noche del jueves 20 de febrero de sueños, mitos y Venezuela en los espacios de META MIAMI. Un nutrido grupo de asistentes dialogaron con el Dr. Asdrúbal Aguiar, miembro de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras de España, Cádiz, y conmigo, Carlos J. Rangel, autor del libro Mitos de nuestra humanidad: Relatos de siempre para hoy, acerca del aspecto casi onírico y metafóricamente arquetípico del uso de estas leyendas, cuentos y fábulas para desarrollar ideas acerca del liberalismo.  Un evento estimulante bajo la conducción experta de la Dra. Beatrice Rangel, introducido por la presidente de Meta Miami, Milagros Maldonado.


En su exposición, el Dr. Aguiar nos hace notar la dicotomía razón / emoción que permea el libro, interpretada en la primera lámina de arte incluida, el grabado de Goya no.49 “El sueño de la razón produce monstruos”. Parte de acá para desarrollar la importancia del equilibrio entre éstas para completar la existencia del ser, y aprovecha la circunstancia de que tanto él como el autor y la gran audiencia presente son venezolanos para hablar acerca de esta dicotomía en el desarrollo de la historia de Venezuela, y de cómo parece ser manifestada como una rivalidad entre la levita y las espada; las levitas enterradas con la primera república y ridiculizadas por el futuro Libertador desde Cartagena como creadores de Repúblicas Aéreas destinadas a ser ingobernables

A su retorno al país, el Libertador despliega plenamente la apoteosis de la espada con su decreto de Guerra a Muerte, engendrado tal vez en un acto de desesperación mezclado con odio y venganza, promoviendo lo que hoy llamaríamos limpieza étnica, y mantendrá, según Aguiar, su afinidad con la espada hasta la fundación de Bolivia y su “Constitución Monárquica”. El Hombre Fuerte prevalece en la psiquis venezolana (y por la influencia de la guerra independentista, en toda la región) como prototipo del gobernante redentor – las espadas triunfan. En la historia venezolana veremos esto codificado a principios del S. XX en El Cesarismo Democrático de Laureano Vallenilla Lanz, justificando la figura mítica del “Gendarme Necesario" para mantener la unidad y la paz, la paz de los sepulcros.  Las levitas se entierran y olvidan, las espadas se levantan en monumentos. El debate entre Civilización y Barbarie es eterno y, en Latinoamérica, son cronistas del debate entre otros Domingo Sarmiento, Vallenilla Lanz y Romulo Gallegos, este ultimo enfrentando a Santos Luzardo con Doña Bárbara, símbolos del conflicto; un conflicto que cada autor interpreta a su manera, como escritor de la historia. 

Resalta el Dr. Aguiar que negar el liberalismo fundador en la primera república, derivado de documentos clave del liberalismo hispanoamericano como la Constitución de Cádiz, la Pepa, de Juan de Mariana y otros precursores, entierra una importante raíz del pensamiento que motivó a Miranda y los primeros constitucionalistas, aquellos egresados de la primera universidad del país, la casi centenaria Pontificia y Real Universidad de Caracas, a impulsar el movimiento independentista. Estos precursores tenían la intención de cambiar la fundamentación del estado, descendiente del monarquismo paternalista de la España medieval, por una nueva república basada en las ideas de la revolución liberal del S. XVIII. En mi libro apunto que los Criollos (entre ellos Bolívar) no parecían estar interesados en cambiar el estado, solamente en sustituir a los regentes peninsulares por regentes criollos, una revolución más de las que nada cambian y a las cuales estamos acostumbrados en América Latina.[1]

De las cenizas y sangre de esta revolución sustitutiva, llamada de independencia, surge la figura de El Libertador, Simón Bolívar, con su eventual descendiente, el Gendarme Necesario de Vallenilla Lanz que mantiene férreamente el monopolio de la violencia en manos del estado. El estado se personifica con un jerarca todopoderoso que se mantiene por mil años o su muerte, lo que venga primero. La identificación entre Simón Bolívar y Juan Vicente Gómez, el regente durante los tiempos de Vallenilla Lanz, es tal que las fechas de la muerte de los dos coinciden, el 17 de diciembre; por lo menos oficialmente. De esa tradición -ese mito- se ha formado la Venezuela contemporánea, más afín a la espada que a la levita. ¿Será posible que El Llibertador, cercano a su muerte, hubiese reconsiderado su afinidad por el modelo monárquico dictatorial? Es posible interpretar su carta a Flores desde Santa Marta de ambas maneras: reafirmando la necesidad de un mando autoritario que le ponga coto a los pequeños caudillos, o reconociendo la inutilidad de arar en la mar. ¿Cuál sería su verdadero sentir? Ese es el debate, las levitas o las espadas.

La exposición del Dr. Aguiar es desarrollada más profundamente en su aporte a la revista de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras, en un número próximo a salir:   

MITOS QUE CONSPIRAN CONTRA LA LIBERTAD EN VENEZUELA
A propósito del libro de Carlos J. Rangel - (enlace próximamente disponible)

Como autor, en mi tiempo de exposición, quise destacar el origen de la idea para el libro; desarrollar el trasfondo de la fábula más profunda y que vemos en innumerables análisis, ideologías y filosofías, la vida desde nuestra inocencia infantil hasta el más allá de la muerte; y destacar la obra de los artistas en el libro. En particular se detalla la estructura y contenido de la historieta por estar presente su ilustrador, José Rafael Páez. Esta viñeta fue posiblemente la más difícil de todas, tanto en su ejecución como en su contenido. Para no alargar demasiado esta reseña, el texto de mi presentación se puede leer en este enlace:

CONVERSATORIO META MIAMI – MITOS DE NUESTRA HUMANIDAD
Presentación de Carlos J. Rangel

La Dra. Beatrice Rangel inició la sesión de preguntas con una muy relevante, dada la nacionalidad de los ponentes y de la mayoría en la audiencia: “¿Por qué no tiene Venezuela un mito civilizatorio?” Esencialmente ¿en qué falla el mito fundacional de Venezuela para llevar el país a la condición en la que se encuentra?  

Las respuestas y preguntas subsiguientes giran alrededor de esta pregunta y el Dr. Aguiar desarrolla sus tesis presentadas en la exposición, estableciendo al hombre fuerte como la figura fundamental en el imaginario venezolano, extensible a las regiones permeadas por el pensamiento bolivariano.  Ante la pregunta “¿cómo cambiar ese mito del hombre fuerte?” destaca el autor que los mitos y leyendas son esencialmente derivados de la historia y la tradición, algo imposible de cambiar, pero posible de reinterpretar. Solamente con la creación de nuevos mitos es posible suplantar los arcaicos que lastran a una nación. La democracia y la libertad han sido impuestas en el pasado por élites, como aquellas egresadas de la Pontificia y Real Universidad de Caracas en 1810, o por los académicos e intelectuales más recientes de la revolución de octubre del 1945, o de la cuarta república como destacó el Dr. Aguiar. Una libertad y democracia impuesta contra el mito subyacente del hombre fuerte es posible que esté destinada al fracaso. Sin embargo, los acontecimientos recientes hacen pensar que hay un nuevo mito surgiendo en la nación venezolana, uno en formación que acepta la libertad como la mejor condición para desarrollar el potencial de cada ciudadano. El movimiento telúrico, la revolución y cambio que implicaría la adopción de este nuevo mito surge de las filas propias del pueblo venezolano y tiene en este momento su manifestación en Maria Corina Machado y los líderes que la rodean. Pero esta historia todavía no está escrita.

La totalidad de la presentación en META MIAMI está disponible en este ENLACE YOU TUBE.

META Miami | Maldonado Education Through Art

A partir de esta conversación y la sesión de preguntas, y en correspondencia posterior tanto con el Dr. Aguiar, como con la Dra. Rangel, me surgen ciertas reflexiones que desarrollo en mi siguiente ensayo: Los Mitos Fundacionales de Venezuela.



[1] En su libro, Pathways to Freedom (Coleman I. y T. Lawson-Remer, eds., Council on Foreign Relations, 2013), los autores definen tres tipos de transición: sucesión, por ejemplo la transferencia de un presidente en ejercicio a un presidente electo, o un heredero a la corona ascendiendo al poder; substitución, típicamente cambio de élites gobernantes asociadas con una revolución pero esencialmente manteniendo el modelo de gobierno, por ejemplo, la revolución bolchevique; y cambio, la transformación de un modelo de gobierno a otro, por ejemplo autocracia a democracia, o viceversa.

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lunes, 20 de enero de 2025

¿QUÉ ES LA OPOSICIÓN?

Desde que se implementaron las políticas de control y cambio social por el régimen de Chávez-Maduro en Venezuela, cerca de 40.000 personas han sido asesinadas a sangre fría ya sea por "justificaciones" impulsadas por el afán sectario ("divide y vencerás") del régimen enfrentando clases sociales del país [1]; durante las OLP, "operaciones de liberación del pueblo" esencialmente guerras entre pandilleros; o en ejecuciones extrajudiciales de manifestantes y opositores políticos – sobre el asfalto o en mazmorras. Eso, sin dejar de mencionar el masivo éxodo migratorio de millones de venezolanos en búsqueda de su felicidad (y de sus familias) en tierra extranjera.

Ese control y cambio social generador de víctimas ejecutado por el gobierno, bajo la ilusión de tener la capacidad de conducir el pueblo hacia un mundo feliz, es la antítesis de la libertad. Venezuela no es un país libre. Venezuela no es un país en donde cualquier individuo pueda aspirar a crear su propio futuro, desarrollando su potencial y su voluntad para tener una vida mejor para sí y los suyos. Venezuela es un país en el cual la autoridad del régimen de gobierno pretende dictar las reglas que le parezcan de un momento a otro para implementar un férreo control sobre la sociedad, en esa vana ilusión de crear Un Mundo Feliz. Y por eso hay oposición.

Todo ser humano tiene esa aspiración, la de crear una mejor vida enfrentando las barreras y obstáculos naturales interpuestos por la vida. Cada individuo busca oportunidades y maneras de sortear estos obstáculos y barreras, creando distintos resultados individuales, pero mejorando la sociedad como un todo por sus esfuerzos. El modelo de desarrollo y bienestar social centralizado en un grupúsculo de planificadores pretendido por el régimen no tiene ni la capacidad ni la flexibilidad de la gran multiplicidad de individuos que conforman una nación; nunca podrá ser mejor que una sociedad en libertad. Friedrich von Hayek, en entrevista realizada en Caracas (1981) [2] lo decía de manera clara: 

El sistema capitalista… debe [su] capacidad de adaptación a una infinidad de variables impredecibles, y a su empleo, por vías automáticas, de un enorme volumen de información extremadamente dispersa entre millones y millones de personas … que, por lo mismo, jamás estará a la disposición de planificadores. En el sistema de economía libre, esa información puede decirse que ingresa en forma continua a una especia de supercomputadora: el mercado… Allí es procesada de una manera no solamente abrumadoramente superior como usted expresó, sino de una manera realmente incomparable con la torpeza primaria de cualquier sistema de planificación.

Capitalismo y libertad van de la mano. A pesar de haber intentos de “capitalismo planificado” en países como China, Cuba y la misma Venezuela, típicamente son para efectos propagandísticos en el caso de Mini/micro-empresas, mercados “negros” para solventar escasez e ineficiencias de los mercados oficiales, o maneras de canalizar favores del y para el estado – la corrupción a gran escala. En Venezuela este último grupo caracteriza a los llamados “bolichicos”, entre otros calificativos. La arbitrariedad de cualquier régimen bajo planificación central hace la amenaza de intervención o clausura una espada de Damocles para cualquier entidad proto-capitalista permitida. En China, Jack Ma y la intervención del estado en Ali Baba ejemplifica de manera clara esta autoridad arbitraria. En Venezuela se vio recientemente con multas y clausura de hoteles, areperas o transportistas que cálidamente acogieron o prestaron sus servicios a la líder opositora Maria Corina Machado durante la campaña presidencial del 2024.

El régimen que gobierna a Venezuela pretende coartar la libertad a cambio de una prometida prosperidad colectiva. Esa prosperidad se ha basado en las promesas pasadas y futuras de la repartición controlada de bienes y riquezas que el gobierno (¿mágicamente?) canalizará y distribuirá a la sociedad como un todo. El régimen ha estructurado las instituciones y fuerzas del estado basado en esa promesa inalcanzable del socialismo profundo: el gran estado de bienestar. El pueblo venezolano ya no se come ese cuento.

El voto masivo con los pies por más de ocho millones de venezolanos que han emigrado del país dice que ellos no se comen ese cuento de la prosperidad futura prometida a cambio de la libertad. El voto en las urnas electorales por más de siete millones de venezolanos bajo amenaza de retaliación dice que ellos no se comen ese cuento de la prosperidad futura prometida a cambio de la libertad. La oposición al régimen es una oposición a las instituciones y modelo que éste ha creado y que han llevado a Venezuela al despeñadero económico y social. La oposición no es de un partido a otro, como usualmente es en sistemas democráticos. La oposición ni siquiera es acerca de las metas sociales y económicas del país (aun cuando en el caso del régimen la promesa de esas metas sean promesas vacías). La oposición es al modelo y estructuras de poder que ha construido el régimen para mantenerse y enriquecerse exprimiendo el sudor, sangre y sufrimiento de todos los venezolanos, incluso de las familias y adeptos que en el pasado se tragaron el cuento de esa promesa (representado dramáticamente en el reciente cortometraje "La Verdad", con Elba Escobar).

El régimen y el modelo no solamente han sido derrotados en las urnas electorales, han sido derrotados en el corazón y en el alma de los venezolanos. Los dieciséis millones de venezolanos que han votado de alguna manera u otra en contra de este modelo de fantasías dirigido por una banda de criminales se mantienen unidos en el consenso de la necesidad de restaurar la democracia y la libertad para lograr la paz y prosperidad de la nación. El régimen está derrotado de mil y un maneras, pero hará todo lo posible para aferrarse al poder. El régimen pensaba que con los trucos bajo la manga que tenía, las elecciones del 28J serian un fraude invisible. Bajo el liderazgo indiscutible de Maria Corina Machado, jugando con las reglas del régimen, el régimen perdió de manera claramente visible. La juramentación espuria de Maduro como presidente no lo protege de la marea opositora, de la decisión soberana del pueblo venezolano. Dividirse ahora como pretenderían el régimen y la oposición cómplice, ceder ahora, es permitir el desatar de una venganza terrible sobre el pueblo venezolano. Ceder ahora es deshonrar la sangre y los gritos de las víctimas del régimen en su inacabable afán de control y cambio. Ceder ahora es permitir una corrupción que desvía los grandes recursos del país al bolsillo privado de esta banda criminal que posiblemente piense que algún Genio (¿el G2?) le concedió el deseo del toque de Midas; pero como aquel legendario rey, sucumbirá por su propio orgullo y avaricia.  Ante la oposición, el régimen no puede detener la ola de cambio que se le rompe encima, porque la oposición no es Maria Corina, Edmundo, Juan Pablo, Andrés, Delsa... la oposición es Venezuela, todos unidos, hasta el final.


LECTURAS RELACIONADAS (por Carlos J. Rangel)

FUENTEOVEJUNA

CARLOS ALBERTO MONTANER Y SU CONCEPTO DE LA LIBERTAD

VENEZUELA HOY Y SU NUEVO MAÑANA



[1] No olvidemos a HCF con eso de “ser rico es malo” o su proclamación al conmemorar el 4 de febrero, en 1999, justificando socialmente al “delincuente obligado”. 

[2] La entrevista, conducida por el periodista y analista Carlos Rangel el 17 de mayo, fue publicada en el diario El Universal en junio. Se incluye como apéndice en libro de Carlos Rangel El Tercermundismo (Monte Ávila, 1982)

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sábado, 28 de diciembre de 2024

NECESIDAD DEL POPULISMO EN DEMOCRACIA Y OTROS TEMAS

Este ensayo/entrevista busca responder inquietudes surgidas en la video-entrevista de Napoleón Bravo a Carlos J. Rangel sobre su nuevo libro, MITOS DE NUESTRA HUMANIDAD: RELATOS DE SIEMPRE PARA HOY conducida el 7 de diciembre, 2024. Estas preguntas le fueron planteadas a CJR en un chat de WhatsApp, y son suficientemente interesantes como para compartirlas en este blog.

La entrevista en BRAVO24

Estimado Ofer:

Agradezco que te hayas tomado el tiempo para ver la entrevista y enunciar preguntas que surgieron de la misma. No se ve en la entrevista publicada en YouTube, pero Napoleón tuvo que editar parcialmente el video puesto que se nos acabó el tiempo. Me dijo que esa era la primera vez que le había ocurrido eso, que perdió la noción del tiempo por lo amplio y fascinante de los temas discutidos. Igualmente, tuve una gran satisfacción participando en esa entrevista. Mi nuevo libro tiene como objetivo generar este tipo de discusión amplia acerca de la democracia liberal y ciertamente esta entrevista cumple con ese objetivo.

Lamento no haberte dado respuesta más rápidamente, pero tus preguntas tocan temas profundos que preferí ponderar con tiempo antes que dar respuestas superficiales. Trato de responder tus inquietudes elaborando algo sobre temas que he desarrollado anteriormente, con la esperanza que de alguna manera sean satisfactorias. Para hacer la lectura más estructurada la divido por tema que genera la inquietud. He aquí mis respuestas:

En primer lugar, en el minuto 17:03 habla de liderazgo populista y "la respuesta simple" es NO cuando se le pregunta sobre ser capaz de alcanzar una posición de liderazgo nacional sin ser populista.


La respuesta simple es “no” porque meritocracia y tecnocracia de por sí no movilizan votos. Personas con gran preparación y sentido de lo que moviliza a los segmentos de población necesarios para obtener una mayoría del voto popular son rara avis, si es que existen. El voto popular que logra las mayorías necesarias para triunfar generalmente no es un voto bien ponderado y se moviliza por la emoción más que la razón. Es un voto que, en la percepción del votante, rechaza al status quo que le niega oportunidades y bienestar. La fracción que emite votos deliberadamente ponderados por el candidato de su ideología preferida generalmente es entre 10% al 30%. En una elección entre dos partidos principales o por balotaje, eso significa que entre el 40 al 80% de los ciudadanos con derecho al voto no utilizarán criterios ponderados para emitir su voto. De esa gran masa de votantes (más cuando se aproxima a 80 que cuando se aproxima a 40) muchos son apáticos ante las alternativas presentadas en la elección y se abstienen de votar. Para energizar el voto de la masa electoral la herramienta más efectiva es el populismo y por eso toda opción ganadora tiene un componente de este. Las promesas de cambio del status quo hechas con cariz populista generalmente son efectivas, pero las promesas exageradas y evidentemente irrealizables también generan movilización electoral, aun cuando el votante sepa que son irrealizables. Este populismo extremo apela a la emoción de la identificación, es decir, le hace sentir al votante que el candidato entiende sus problemas y que si no los puede solucionar no es por ignorarlos, ni siquiera por decepcionarlos, sino por fuerzas ajenas (y esto es común en el discurso populista) que le adversan, por algún enemigo identificable, típicamente imaginario y expiatorio.  

Todo político en contienda electoral tiene que incluir entre su arsenal de campaña una dosis del populismo movilizador del voto para sumar la mayoría ganadora a su favor. Cuando el candidato basa su campaña en una promesa de futuro utópico o regreso al pasado glorioso que los enemigos de la nación han truncado, es decir la campaña de la promesa milenaria y el redentor que la hará cumplir, dicho candidato se acerca al populismo extremo; un populismo que fácilmente puede caer en mando autoritario al convertir a los opositores a su candidatura en enemigos de su mandato (y de la nación) en vez de adversarios a sus políticas.

Usted ilustra el esquema de la pirámide y el lugar óptimo para una democracia es estar en el centro de la pirámide. Jóvenes, más idealistas, al que Usted le da el apodo de izquierdistas buscan oportunidades en la base de la pirámide, mientras que los dueños de la propiedad privada son menos idealistas, más conservadores, al que Usted le da el apodo de derechistas en la cima, que buscan proteger sus pertenencias.

En una entrevista como la realizada es difícil explicar la complejidad de la economía social en términos sencillos. El número de variables excede tres, lo que Daniel Patrick Moynihan definía como un problema super complejo (tres variables es un modelo complejo, según DPM). Si mal no recuerdo, Napoleón me preguntó acerca de la validez de los términos derecha e izquierda, a lo cual respondí que francamente hoy en día se usan más como epítetos que como definición de ideología. Esta pregunta surge de una parte del libro en donde argumento que los derechos de oportunidad son los que caen bajo el manto del llamado izquierdismo y los derechos de propiedad bajo el llamado derechismo. Debido a que la naturaleza de la humanidad es definida por sus etapas de infancia, juventud, madurez y vejez, es observable la correlación entre jóvenes buscando oportunidades y mayores protegiendo sus activos acumulados, sean tradiciones, morales o monetarios. La interpretación que usted aparentemente sugiere es que yo dije que los viejos son derechistas y los jóvenes izquierdistas. Eso se parece a lo que quise decir, pero no lo es exactamente. Aquellos que ofrecen proteger y ampliar las oportunidades para el desarrollo individual son acogidos por los que desean tener nuevas oportunidades o piensan que se las han quitado, sean jóvenes o no. Generalmente la demografía en busca de oportunidades es mayoritariamente joven, y en Latinoamérica la pirámide etaria tiene una amplia base, por lo tanto ese mensaje de oportunidad, el clásicamente izquierdista, reverbera en este continente. Pero el triangulo de Hayek al cual yo me refería es otra dimensión de variables. Él coloca en cada vórtice conservadores, progresistas y liberales (identificándose a sí mismo como liberal). Su tesis era que los conservadores y los progresistas quieren mejorar la sociedad obligándola a adoptar sus dogmas, sean conservadores o progresistas, mientras que los liberales consideran que forzar dogmas de comportamiento social o económico obstaculiza el desarrollo del bienestar individual y. por ende, el colectivo (esencialmente el mismo paradigma de la mano invisible de Adam Smith). Los extremos del dogma progresista y el conservador se ilustran con las autocracias sostenidas en la Unión Soviética y con la Inquisición Medieval. La crítica que se le hace a este modelo de Hayek es que en el extremo liberal se desarrolla el anarquismo el cual, creando un vacío de poder, es vulnerable a otras autocracias dogmáticas. Era este triangulo al cual me refería en la entrevista, no la pirámide etaria. Este es el triángulo en cuyo centro se encuentra la democracia, siempre en pugna hacia cualquiera de los extremos, y generando el caos creativo y renovación que produce el mayor bienestar social.

¿Qué piensa de ese esquema piramidal del que habla en el contexto de una república, no de una democracia, y de un líder populista de derecha que ha alcanzado la cima del poder en ese escenario? ¿Cómo terminaría esa película?

Hoy día se habla mucho acerca de la diferencia entre república y democracia suponiendo, o insinuando, un valor superior en la manera de gobernar de una sobre la otra. Si buscamos la diferencia esencial, nos encontramos con ideales cuasi platónicos que definen una como un sistema institucional en donde los poderes del estado se ejercen con representantes del poder soberano (los ciudadanos) escogidos mediante el voto, con pesos y contrapeso que defienden las instituciones, y con el gobierno basado sobre leyes establecidas y precedente institucional. La democracia pura, es decir directa (como ha sugerido Elon Musk instituir en sus colonias en Marte) no tiene esa institucionalidad, precedente y legado, y fácilmente puede caer en la llamada “tiranía de las mayorías” con plebiscitos a diestra y siniestra – mob rule. Estipulando entonces que una republica es mejor manera de gobernar (y difícil de mantener) que una democracia pura (imposible de mantener), pasemos a la cuestión del líder populista.

El líder populista, sea que diga que protege los derechos de propiedad o los derechos de oportunidad, combinado con tendencias conservadoras o progresistas (los liberales rara vez son populistas, llegan al poder por el hartazgo del soberano con los otros vértices del triángulo de Hayek – caso Milei o MCM), tiene dos opciones una vez que llega al poder: romper la institucionalidad republicana para mantenerse en el poder, o someterse al juicio de los votantes de una república con fuertes instituciones. Por eso, y porque -como argumentaba anteriormente- todo candidato para llegar al poder debe tener algo de populista, la democracia institucional con alternabilidad y rotación de ideologías (el caos creativo que genera bienestar social), siempre está en peligro. Recae sobre el soberano, los ciudadanos de la nación, elegir a representantes que defiendan a las instituciones (siempre perfectibles) en vez de aquellos que trasparentemente buscarán mantenerse en el poder eternamente. Cabe mencionar en este momento la referencia hecha durante la entrevista al “Poder Moral” al que aludía Simón Bolívar, una serie de escribas independientes que registran la actuación moral, o no, de los representantes en los otros poderes de una nación. Es decir, la prensa libre e independiente.

Finalmente, pensar que la película termina es no darse cuenta de que el proceso de gobierno y el avance social y económico es un proceso interminable, inacabable, sin fin y perfectible cuyo modus operandi es el probar, errar, corregir. La naturaleza humana prefiere el orden predecible (terminar la película) a la incertidumbre caótica (el interminable valle de lágrimas), pero es en ese caos, en esa destrucción creativa de la cual hablaba Schumpeter refiriéndose al capitalismo, allí es que existe la innovación y el avance en todos los aspectos sociales y económicos de una sociedad. Estancarse es morir. La película no acaba.

En segundo lugar, en el minuto 26:43 usted habla de que China ha hecho cambios y difiere sustancialmente de otras naciones comunistas en su manejo de la economía, aunque concluye que no va bien.

Si uno considera el buen gobierno, la planificación económica central o las fuertes inversiones en educación e infraestructura como medio para alcanzar un fin, entonces el modelo chino es uno de los más eficaces de la historia de la humanidad. A pesar de su liderazgo tiránico, el modelo chino tuvo como resultado la extracción de la mayor parte de su población de la pobreza extrema - al menos la mitad de su población, es decir, 800 millones de personas - a una fuerte clase media y una clase rica sustancial en un período de tiempo muy, muy corto: ¿sería el modelo chino uno de los mejores modelos del mundo? ¿Sería un buen modelo de gobierno o una buena política económica? ¿Es sostenible?

Menos tiránicas pero similarmente efectivas son las historias de Taiwán, Corea del Sur, Singapur y otros Tigres Asiáticos, aunque todos ellos tuvieron, en su momento, un liderazgo autocrático que los llevó a donde están ahora.

El “modelo chino” es atractivo y hace algún tiempo yo también lo encontraba seductor. Los resultados evidentes de mejora en el bienestar social efectivamente lo hacen digno de estudio profundo y sinceramente no he hecho ese estudio, pero si estoy familiarizado con la idea. El presidente chino, Xi Jinping, está convencido de que la hegemonía de los modelos sociales y económicos de occidente durante los últimos 200 años son un paréntesis histórico en la supremacía china sobre el mundo, y está haciendo su parte para restaurar esa supremacía. No es único en esa visión, puesto que ya hace unos cuarenta años un alto dirigente chino, Chou En-Lai respondió al preguntársele que opinaba acerca de la revolución francesa y respondió que era demasiado pronto para llegar a conclusiones. Esa perspectiva histórica de los lideres chinos se manifiesta hoy día en el expansionismo económico que ha mantenido durante los últimos diez años (abiertamente), y con la bienvenida de muchos receptores de ese expansionismo por suponer que “el modelo chino” puede ayudar al bienestar propio de su país.

No debemos dejar de recordar que China sufrió bajo el régimen del PCC de Mao una de las peores hambrunas del mundo en los años 60 del siglo pasado. Esto, en combinación con la purga de la revolución cultural y la caída del muro de Berlín creó las condiciones para el cambio del modelo de uno autocrático-comunista a uno autocrático-capitalista, esencialmente promovido por Deng Xiao Ping, el primer presidente chino que visitara a los EE.UU. Las instituciones creadas por el PCC se mantuvieron y mantienen, pero ante la desintegración de la Unión Soviética, y el temor a la recaída en la disfuncionalidad económica que causó la hambruna, la apertura a occidente fue inevitable.  La incorporación de China a la economía mundial comienza con su designación como MFN condicional en los años 80, y así comienza el despegue económico.  Es su aceptación del modelo occidental de desarrollo lo que le permite modernizarse.

Ese modelo aceptado tiene sus condicionantes. El occidente celebra la casi infinita mano de obra barata que ofrece China y se dedica a invertir construyendo fábricas de todo tipo. Occidente también ve con ojos ambiciosos el potencial de un enorme mercado consumidor, fácil presa de las baratijas brillantes que ofrece– o así pensaban muchos.  Pero el liderazgo chino ve la apertura de otra manera, utilizando espionaje industrial y simple copia, comienza a producir sus propis clones de los productos occidentales e impone barreras formidables a la penetración del mercado chino por las empresas occidentales. Al mismo tiempo conduce un gran programa de capacitación técnica y administrativa, becando a decenas si no cientos de miles de jóvenes leales a estudiar en las mejores universidades de occidente. Todos estos factores que permiten el despegue económico chino son irrepetibles en cualquier otro país que pretenda emularlo, comenzando por el tamaño del mercado interno, salvo India, que no parece tener planes hegemónicos mundiales, y también ha logrado un cierto despegue económico bajo una forma de democracia perfectible. El engaño de la ilusión del modelo chino que vende ese país, es tentador para países pobres y con liderazgo autocrático, puesto que ven su posibilidad de mantener el poder, pero despegar económicamente. Eso es una ilusión; el caso de China es único, su despegue se inicia al aceptar las ideas de desarrollo y economía occidentales, y su autoengaño acerca del bienestar producido por la economía dirigida y la sociedad estratificada comienza a derrumbarse. Las ciudades fantasmas, despobladas y en desuso son apenas un signo evidente y superficial de la enorme corrupción e ineficiencias generadas por “el modelo chino”. Los vaivenes de su mercado de valores manipulado han destruido fortunas. La supercomputadora del mercado libre es imposible de controlar de manera eficiente y la mano invisible castigará esas ineficiencias. A largo plazo (y recordemos lo que el corto plazo es para los chinos) su modelo económico no es sostenible. La planificación central, el monopolio estatal, y el adoctrinamiento de la población a favor de un modelo de castas determinadas por la lealtad al partido (La India tiene un problema similar) no es sostenible.

¿Qué piensa sobre la aplicación de esas políticas inicialmente autocráticas – en conjunto – a los países latinoamericanos y específicamente a la Venezuela post-chavismo? ¿Sería posible, seria cultural, ética de trabajo, caudillismo, religión?

Nuevamente, reitero, el modelo chino es malentendido, y esa mala interpretación es generada por la misma China mediante propaganda que hace pensar que es un modelo alterno al modelo de libre mercado y democracia.  Muchas naciones, con la excepción casi explicable (pero no es el momento) de los EE.UU., tienen su origen como nación-estado con un régimen autocrático estableciendo el monopolio de la violencia dentro de sus territorios. En el caso venezolano, Juan Vicente Gómez es el que unifica a Venezuela como estado-nación. Esa es una etapa superada, pero es posible que en un escenario post-chavista sea necesario nuevamente unificar el país mediate ciertas tácticas generalmente indeseables, violentas y cuasi autocráticas. Existen otros escenarios de reconciliación que no nos regresan a los tiempos de la Lucha Armada, mucho menos a los inicios el S. XX y Gómez. Recuperar el monopolio de la violencia puede lograrse bajo un régimen democrático, sin necesidad de tácticas autocráticas exageradas. Podemos ver el ejemplo de Polonia o África del Sur y. posiblemente, veremos algo que aprender en la Siria post-Assad. Ciertamente espero que haya lecciones aprendidas del fracaso de la no-reconciliación en el caso del Irak post-Saddam.

No me gusta especialmente citar o recordar a Bolívar, por su asociación a la excesiva e hipócrita referencia que tantos hacen de él, pero él lo tenía claro: la creación de republicas aéreas que no contemplen la realidad cultural, la ética de trabajo, la fascinación con el caudillismo, y la relación con la religión de los habitantes de nuestro país, está condenada al fracaso. No hay modelo chino, o estadounidense o europeo que valga. El modelo que debemos seguir es el modelo venezolano, y este todavía está por cuajar. Es un modelo con sus raíces en los cuarenta años de democracia perfectible que vivimos, los años que nos demostraron el verdadero potencial de Venezuela.

Espero que haya logrado responder de alguna manera las inquietudes generadas por la entrevista y que amablemente me hiciste.

Un gran saludo,

CJR

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Carlos J. Rangel
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jueves, 21 de noviembre de 2024

VENEZUELA HOY Y SU NUEVO MAÑANA

 El 21 de noviembre de 2024, El Club de la Libertad, en Corrientes, Argentina, invitó a Carlos J. Rangel a hablar acerca de Venezuela, su estado actual y su futuro. Este es el discurso / ponencia de Rangel en el evento.  


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Gracias a todos los presentes, damas y caballeros, por participar en este foro, un evento enfocado sobre el futuro y potencial de nuestras economías. Economías que enfrentan gran incertidumbre ante las tensiones por el cambio. Cambio desde un mundo esencialmente unipolar hacia uno en donde las potencias se disputan activamente los centros del poder económico y político. Esas tensiones, que parecen contradictoriamente aislacionistas e imperialistas simultáneamente, crean aperturas aprovechables, incluso para una situación como la que vive mi país, Venezuela.  La oposición venezolana le agradece mucho a Argentina su solidaridad con la causa y el albergue a nuestros compatriotas. Muchas gracias. Quiero agradecer especialmente al Club de la Libertad y a su presidente, Alberto Medina Méndez, por utilizar estos eventos para mantener viva la causa de la libertad en Venezuela, y por su invitación a que yo compartiese por algunos minutos con ustedes mis reflexiones sobre el presente y el mañana en Venezuela.

El 28 de julio de 2024 fue una fecha trascendental para Venezuela. Puede esperarse incluso que en algún futuro posible, y manteniendo esa costumbre común de nuestros países, alguna avenida, plaza o barriada sea nombrada con esa fecha; la fecha que definitivamente evidenció el anhelo indiscutible de los ciudadanos venezolanos de terminar el experimento chavista.

La propuesta chavista era cambiar las estructuras económicas y sociales del país para lograr igualdad y justicia social administrada mediante un fuerte gobierno central. Bajo esa propuesta, el gobierno central asumía el control sobre los recursos naturales y activos fijos del país, y la administración de su explotación. La propuesta se basaba sobre la premisa de que Venezuela era un país rico, rico en minerales básicos necesarios para la economía mundial. Con los amplios recursos financieros obtenidos por ese control, el gobierno podría satisfacer las necesidades de todos los venezolanos. Esa fue la promesa de Chávez.

Hay muchas razones por las cuales ese experimento resultó en un gran fracaso. Pero la razón fundamental es debido a su contradicción interna: lograr orden, igualdad y justicia mediante el control central y absoluto de la sociedad y la economía. Ese control eventualmente y necesariamente será autoritario, y es imposible lograr igualdad y justica bajo esas condiciones. No solo Venezuela ha vivido la tragedia generada por esa contradicción conceptual. Cuba, por no mencionar otros, es otro gran ejemplo en nuestro hemisferio de autoritarismos de izquierda con fantasías de utopías. Por supuesto la Unión Soviética, Corea del Norte y China Comunista son ejemplos notorios en el mundo.

Sin embargo, no debemos descartar ese otro vértice ideológico cuyos resultados igualmente resultan en fracaso: el autoritarismo de derecha. Fracaso de otra índole, pero en la misma familia. Las contradicciones estructurales de esta otra propuesta autoritaria también estancan a la sociedad enquistando oligarquías, sean civiles o militares. Esto lo hemos visto en el pasado de Latinoamérica y el Caribe: en el Paraguay de Stroessner, la Nicaragua de Somoza, el Haití de Papa Doc, hasta en el México de Porfirio Díaz a principios del siglo pasado, cuando Civilización y Barbarie se confundían fácilmente; y alrededor del mundo con el Irak de Hussein, el Irán del Chá, y tantos otros ejemplos frecuentemente citados por la izquierda y que ustedes han oído.  Hoy día incluso estamos viendo lo que podemos calificar de autoritarismo de derecha en países como Rusia y la China actual, con creciente desigualdad, tiranía y economías en descenso estructural, buscando su rescate mediante la expansión imperialista.  Al igual que las de izquierda, las élites dirigentes de derecha pretenden mantener sus privilegios eternamente, viviendo esa fantasía de Voltaire de que viven en el mejor de los mundos posibles, y que todo cambio es innecesario, indeseable y peligroso.  

Esto ocurre por igual tanto en los autoritarismos de derecha como en los de izquierda. Ambos han creado un mundo para sus élites con privilegios basados en rentas monopólicas, sean del estado o de los oligarcas, acumulando poder y activos. Un mundo que quieren mantener, conservar a toda costa; es decir son conservadores. Todo mandato autoritario es conservador, viven en su mejor mundo posible y no quieren que cambie. Venezuela tiene un gobierno conservador, al igual que Cuba. Irán, Hungría, Rusia y China. Son variaciones de la combinación mandato autoritario / capitalismo, o mandato autoritario / comunismo. Combinaciones destinadas al fracaso económico, social, conducentes a gran descontento popular con la consecuente represión totalitaria. Represión que va desde la pasiva mediante fraudes electorales y control de medios, hasta las activas con milicias, prisión, tortura y muerte.  

Hayek nos instruye para entender mejor esta dicotomía derecha / izquierda en su “Postdata a Fundamentos de la Libertad”. Hayek denuncia tanto a la extrema derecha como a la extrema izquierda por ser ideologías que buscan suprimir la individualidad para asumir el control de la sociedad. Ese control se basa en el supuesto de que el bienestar colectivo es mejor entendido por su élite de ideólogos que por un individuo cualquiera en búsqueda de su bienestar propio; que ciertos elementos, anhelos o “perversiones” de esa individualidad es mejor controlarlos en aras del bienestar colectivo. Por eso, esos ideólogos de derecha o de izquierda proponen leyes, reglamentos y acciones que coartan la libertad. Esa intelligentsia de izquierda o de derecha pontifica que ella es la que mejor sabe lo que es mejor para cada quien en aras del bienestar social.

Todos esos son experimentos destinados al fracaso y al rechazo, como lo demostró Venezuela el 28 de julio. Ese día la ciudadanía venezolana dijo “ya basta”. Dijo que el experimento chavista, ni nada que se le parezca, no solucionaba la desigualdad, ni mejoraba la vida, ni ofrecía futuro; dijo que el experimento chavista quebraba familias y generaba miseria; dijo, utilizando la poderosa voz del voto democrático de cada uno, que la élite chavista no merecía su confianza ni merecía gobernar. El 28 de julio, los ciudadanos venezolanos optaron por ese concepto difuso de “libertad”, uno de esos conceptos que a veces uno no sabe qué es exactamente, pero que si sabe cuándo no la tiene.

Anteriormente he tenido la temeridad de definir la libertad como la condición bajo la cual un ser humano tiene la oportunidad de desarrollar su pleno potencial como tal. Un gobierno que busca controlar a cada individuo para obligarlo a aportar su esfuerzo y mente al modelo que dicho gobierno prescribe como ideal, no es un gobierno apegado a la libertad. Contra eso, y a sabiendas que la opción era un salto al vacío, que ese voto sería el comienzo de un proceso de restauración que no sería fácil, los ciudadanos votaron masivamente y con alegría por Edmundo González Urrutia, quien simboliza y unifica el anhelo de libertad del pueblo venezolano. Venezuela optó por democracia y libertad. La oportunidad de hacer mejor vida.

La dicotomía democracia / autocracia existe desde hace siglos, y cuando el anhelo democrático ha prevalecido, la humanidad ha prosperado, ha progresado.  El afán de superación individual es una sublimación del instinto natural de supervivencia, y se manifiesta en emociones como la codicia y la ambición las cuales, de por sí, no son malas, como diría Gordon Gekko en “Wall Street”. O mejor, como argumentaría durante aquel momento del despertar liberal del S. XVIII Adam Smith: cuando existen las condiciones para que cada individuo busque, persiga, trabaje por su mejora personal, toda la sociedad mejora. Es decir, el capitalismo es un mecanismo eficiente que utiliza la libertad para mejorar la sociedad como un todo.  El capitalismo se contrapone al mercantilismo, cuyas diferencias esenciales son que el primero se basa en la creación de la riqueza, el otro en la acumulación de la riqueza. El comunismo es la manifestación moderna de la mentalidad mercantilista, enfocado en la distribución de lo que para su modelo es un recurso limitado, la riqueza, la cual extrae como renta, sea de la naturaleza o de la sociedad, hasta agotarla.

Sociedades que han experimentado con esa idea de la distribución de la riqueza como base fundamental para generar bienestar social han fracasado en esa meta, y algunas ahora experimentan con lo que se puede describir como mandato autoritario con capitalismo; Rusia, China, Hungría, e incluso, con tanteos y asomos, en Venezuela. En Cuba han habido innumerables “procesos de apertura” permitiendo microempresas y otros experimentos.

Pero bajo regímenes autoritarios, estos intentos proto-capitalistas están destinados al fracaso, solo refuerzan al régimen. He definido recientemente al mandato autoritario como aquel en donde los seres humanos sobreviven y prosperan dependiendo de los caprichos oportunistas de un régimen cuyo centro ideológico es el derecho legítimo de concentrar el máximo poder en su líder. Dicho con el viejo refrán popular, tal vez revelando alguna simpatía de nuestras culturas por el mandato autoritario: “el que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”. Pregúntenle a Jack Ma, el fundador de Ali Baba, que tal funciona eso.

Depender del capricho oportunista, de la sombra reconfortante, de un líder autoritario, aun cuando dicho líder haga aperturas hacia el capitalismo, es una propuesta peligrosa para cualquier individuo. Más aun, es ineficiente para una sociedad e insostenible a largo plazo.

Es esa combinación de democracia con capitalismo la que genera riqueza, y tiene la capacidad de renovación y regeneración que con mayor efectividad y eficiencia incrementa el llamado bienestar social. La propuesta ganadora en las elecciones presidenciales de Venezuela, la aceptada por más de tres cuartas partes de los que pudieron votar, fue democracia con capitalismo, la combinación que ha generado la mayor prosperidad de las naciones y el mundo desde su surgimiento en el S. XVIII.

En conversaciones y comunicaciones con ciertas personas del liderazgo opositor mucho antes y después del 28 de julio, estábamos claros de que las elecciones presidenciales, aun siendo clave, no eran sino un paso, una etapa más en la restauración de la democracia en Venezuela, al igual que lo había sido el 22 de octubre del año pasado, el día en que las primarias opositoras ratificaron la dirigencia indiscutible de Maria Corina Machado como su líder. Desde hace más de dos años ya habíamos planteado la necesidad de obtener la prueba en las mesas electorales de la victoria de la oposición democrática en las elecciones presidenciales. Esta estrategia, implementada tácticamente con los “comanditos” recabando evidencias, ha demostrado fehacientemente, ante cualquier persona u organismo independiente, que Edmundo González Urrutia es el presidente legítimamente electo de Venezuela.  Desde la noche del 28 tengo la costumbre de revisar periódicamente la página web del Consejo Nacional Electoral, del CNE. Aquel día la página se cayó alrededor de las 8PM, si recuerdo bien. El régimen culpó a la oposición de hacer un jaqueo que había tumbado la página. Esa excusa, o revela una ineptidud abismal por el equipo técnico del CNE, y sus aliados internacionales, o es una mentira más grande que cualquier nariz imaginable de Pinocho puesto que hasta el día de hoy, casi cuatro meses después, sigue caída esa página.   

La estrategia para llegar hasta el final se mantiene en pie. Todas las piezas están donde deben estar y están encajando como deben encajar. El régimen ha reaccionado a la revelada desnudez de su descarado fraude con el desespero y temor de una bestia acorralada, lanzando gruñidos, zarpazos y dentelladas. Sus 200 presos políticos de costumbre, por coincidencia el mismo número que mantenía el tirano Rosas, los ha multiplicado por diez. Actualmente en las cárceles, mazmorras, y sótanos ocultos de la tiranía hay alrededor de 2000 personas detenidas con cargos espurios de incitación al odio, a la violencia y al terrorismo, cargos levantados por alzar su voz defendiendo la soberanía popular manifestada el 28 de julio. A esos 2000 se le suman centenares, miles de personas atemorizadas, refugiadas, exiladas por la persecución del régimen, por estar “en la lista”; persecución y prisión que ha resultado en muertes, escalando la violencia criminal del régimen. Recordando a Winston Churchill, ante la lucha contra la sanguinaria tiranía solo puede prometerse sangre, trabajo, lágrimas y sudor hasta lograr la victoria, la libertad. Estos héroes venezolanos son héroes de la libertad.

Por favor, un momento de silencio para los caídos.

La comunidad internacional ha sido pieza clave en debilitar y deslegitimar al régimen. El desconocimiento, incluso por supuestos aliados vecinos, del resultado "oficial" de las elecciones se mantiene como columna principal de la fuerza opositora; los homenajes y reconocimientos internacionales a la líder opositora fortalecen su posición como tal; la diplomacia experta del presidente electo en países y organismos internacionales acorralan cada vez más a las élites de la tiranía.  No voy a decir en este foro que hay negociaciones en curso con algunos miembros de esas élites tiranas. No lo voy a decir.  Las elecciones presidenciales en los EE.UU. hace unas semanas aclaran vías en esas negociaciones que no están ocurriendo con algunos miembros del régimen; esos que ven con anhelo alguna playa distante y tranquila, con familiares y amigos cercanos a su lado, lejos de hogueras, horcas y muchedumbres enardecidas. Aquellos dentro de las élites del régimen que no ven esa negociación, que no está ocurriendo, es probable que pronto se percaten de que rechazaron una oferta que no podían rechazar. Porque ya están del lado equivocado de la historia.

Esquilo, hace unos dos mil quinientos años, nos decía: “es enfermedad que llega con toda tiranía, la de no confiar en amigos”. Sabemos por qué.

La historia nos ha demostrado que la combinación democracia / capitalismo es la combinación que genera mayor prosperidad. La historia nos ha enseñado también que la democracia es un torbellino de ideas permanente, un agitar creativo indetenible, un ir y venir circular de propuestas, riñas entre lideres con opiniones contradictorias; una apariencia de caos constante, con contiendas electorales donde los vencedores se creen dueños de la razón, la verdad y el mundo, y los perdedores se rasgan las vestiduras y se halan los cabellos -- hasta la próxima elección.  

Ante el caos y la incertidumbre permanente de la democracia la ilusión del mandato autoritario que promete orden y certeza es tentadora. Todo aquel que dice o escribe que la democracia está en peligro tiene razón, siempre. Pero la democracia vale la pena; la historia nos ha enseñado que es ella en combinación con la libertad la que genera paz y prosperidad en las naciones, y por eso vale la pena luchar por ella. Todo esto nos hace recordar nuevamente a Churchill, quien calificaba a la democracia como el peor de los sistemas de gobierno, salvo todos los demás.  

Las élites del régimen venezolano, esas élites conservadoras, mercantilistas, monopólicas, tiránicas que pretenden aferrarse al poder y someter al país están del lado equivocado de la historia. Su visión de su mejor mundo posible se derrumba y algunos todavía le hacen caso cándidamente al bla bla bla del profesor Pangloss, todos los profesores Pangloss en sus medios. Pronto despertarán en el nuevo mañana de Venezuela, el nuevo mañana; porque la historia también nos ha lo enseñado: tiranías eternas no son.

Muchas gracias.

VIDEO DE LA PRESENTACION EN LA CONFERENCIA:




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Carlos J. Rangel
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