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sábado, 24 de diciembre de 2022

EL BALÓN DE LA DISCORDIA

 


El 18 de diciembre presenciamos un gran espectáculo: la final del mundial de fútbol. Confieso que desde el comienzo del torneo pensaba que Francia iba a llegar a la final y posiblemente Argentina o Brasil sería su contrincante. Argentina ganó en un juego extraordinario, y merecidamente. El equipo argentino ganó combinando en una nueva manera y moderna el jogo bonito con el que asombraba al mundo la selección brasileña en décadas pasadas. El equipo francés defendía gallardamente su territorio y logró algunos contragolpes. Su jugador estrella, un jugador fenomenal, metió los tres goles que le dieron el empate a Francia para llevar el juego a penales y un cuarto gol durante esa ronda. Mbappé ganó el balón de oro por ser el jugador que más goles metió durante la Copa, pero el equipo ganador no fue el suyo, Francia. El equipo que a duras penas ganó fue el que se apoyó y combinó con todos sus jugadores en todo el campo, y fue así que se llevó el Trofeo a los estantes de su casa en Argentina.

No quiero minimizar los esfuerzos fenomenales de Francia y su destreza en el campo, pero cualquiera viendo el juego, podía ver claramente que Argentina dominaba el terreno con su juego en equipo. Esa es una estrategia ganadora, pero insuficiente. El oponente no se doblega porque sí, y hay que mantener a toda costa la presión táctica. Recuerdo que en mi infancia, en mi colegio, en el equipo de futbol de la clase, habían (¿habíamos?) quienes querían ser la estrella del equipo, el que patea el gol de la victoria. Pasar el balón era desviar la atención y darle oportunidad a otro, cosa impensable. Esa era la estrategia de un equipo perdedor.

El 22 de diciembre vimos un desalentador espectáculo: miembros de la oposición en Venezuela haciendo un juego anti-estratégico para la campaña presidencial en ciernes. Ya está acordada una estrategia ganadora clara y a la vista para restaurar la democracia en Venezuela. Una estrategia incluso aprobada por la mayoría (incluyendo esos tres partidos) si no todos los opositores a la coalición político-militar que detenta el poder autocrático en Venezuela: el compromiso de apoyar un candidato único seleccionado mediante un proceso de primarias, y de lograr una participación electoral masiva.

Pero ese 22 de diciembre saltaron miembros de la oposición planteando desautorizar el interinato.  Proponen utilizar una autonombrada comisión delegada (Administrativa) de la Asamblea-2015 para ejercer un poder ejecutivo encargado. Muchas mentes legales, especialistas de derecho constitucional e incluso miembros eméritos de las dirigencias de los partidos planteando esa desautorización, han expuesto sus razones para declarar esta iniciativa un exabrupto jurídico, un acto anticonstitucional, una torpeza política y una acción arbitraria. Incluso agencias internacionales indican su aprehensión legal al respecto por la percepción de inconstitucionalidad de la propuesta. A todas luces parece un contrasentido.  Salvo que sea para tomar posesión del balón y querer meter el gol por su cuenta.

Es innegable que el gobierno de transición ha tenido dificultades administrativas y que incluso parece haber quienes aprovecharon la coyuntura para provecho propio acobijados por poca transparencia, como han hecho muchos de todos los colores por existir una gran corrupción estructural del estado que debe ser subsanada. Pero la responsabilidad directa no recae solamente sobre el presidente encargado, quien a duras penas puede establecer y controlar órganos administrativos sin la autorización de la Asamblea, por estar así establecido en el reglamente de transición (Art. 14 y 15). La defensa de los activos venezolanos en el exterior ha sido debilitada por la inacción de la Asamblea-2015. Ahora, en un afán de pretensión de debilitar o eliminar un posible contrincante de otro partido en las primarias, un cogollito grupúsculo de tres partidos con ambiciones cómplices pretende eliminar la mayor herramienta de presión que tiene la oposición para presionar al régimen a convocar elecciones. Quieren eliminar el mejor instrumento que tiene en este momento el país para canalizar la transición política y salir del régimen. Quieren ser la estrella del campeonato, pero un equipo dividido no se llevará el trofeo.

La Asamblea-2015, las elecciones para la gobernación de Barinas, incluso las elecciones robadas para la gobernación del Estado Bolívar y las presidenciales del 2013 demuestran que la manera más efectiva de combatir el fraude es mediante la participación ciudadana activa y masiva en las elecciones: hay que ganar con margen a prueba de fraude. El juego político en manos de esas cuatro personas que quieren ser candidato, pero que al parecer no les interesa restaurar la democracia, es el tipo de juego que suprime votos y reduce interés; el tipo de maniobra política por la cual 7 millones de venezolanos han tirado la toalla y salido del país: ven una condición irremediable.  Todas las redes sociales que llevan el pulso del ánimo de los venezolanos tanto en el país como en exterior están abrumadoramente de acuerdo en que se mantenga el interinato como organismo institucional que conduzca a la transición – a pesar de reconocer que han habido deficiencias administrativas. Expertos legales y políticos ratifican ese sentir de la ciudadanía. Pero el experto que más se ha entusiasmado con poner fin al interinato es uno que está claro en lo que significa para la continuidad o no del régimen: Jorge Rodríguez.

Todavía hay tiempo de que este nuevo golpe contra la constitución y la república, porque así se deriva de la opinión de los expertos en la materia, no ocurra. Si hay capacidad de reflexión durante las fechas navideñas, esperemos que aunque sea uno de los artífices de este golpe recapacite y busque reagrupar  la estrategia ganadora que restaure la democracia en Venezuela; convertir ese jogo sucio en un jogo bonito. Esa, a fin de cuentas, es la meta, el objetivo, y el verdadero gol de la victoria en este proceso. Las contiendas democráticas vendrán después.


lunes, 4 de octubre de 2021

New English language translation of "FROM NOBLE SAVAGE TO NOBLE REVOLUTIONARY" by Carlos Rangel


 

After multiple editions in multiple languages over what will soon be almost fifty years, a an updated edition in English of this seminal work on liberalism was due. A renewed interest in modern liberal thought has seen new editions of this book come out in Portuguese, Spanish and Italian over the last three years. It is time now for a new edition in English.

Multiple people have asked me to undertake this task and I now begin to fulfill that promise. While a couple of publishers have approached me about the printing, no decision has been arrived at so, in serialized form and as I work on the translation, I will share in this blog portions of my progress, section by section, and chapter by chapter. May it be a teaser for you to eventually get that hard copy

In part this new edition is motivated because this book is too fundamental to let it fall by the wayside, in part because the "case study" of Latin America as Jean-Francois Revel pointed out back in 1976, goes beyond the region. What Revel could not have anticipated at that time is that liberal democracy would be under such onslaught 50 years later that its very existence in our world is in peril.

I have a (nearly) final draft of three forewords and the introduction for you to read at this time. Be prepared to dive into a different way of viewing the world as we know it when you click the link below.

FROM NOBLE SAVAGE TO NOBLE REVOLUTIONARY

CJR




lunes, 18 de noviembre de 2019

RENOVACIONES

Tiempo, el implacable triturador de ilusiones, nunca se detiene. Ocupaciones diversas y una tragedia local por un tiroteo en una escuela que tocó demasiado cerca demandaron mi atención. Es por eso que hace rato no dedico energía a este espacio enfocado principalmente a cuestiones de democracia y libertad. Lamento que, por falta del susodicho tiempo, no he profundizado recientemente en la cuestión latinoamericana sobre los eventos recientes en Bolivia, Argentina y Chile.  Lo más importante que debemos entender acerca de lo ocurrido en estos países es que la democracia es difícil -- y frágil. Para Venezuela, Bolivia es un ejemplo y Argentina una lección. Bolivia un ejemplo acerca de la defensa de la democracia y Argentina una lección acerca de la permanencia del apoyo latente a caudillos y populismo en el electorado -- y que un país no puede enrumbar nuevas políticas en cuatro años tras veinte o más de andar por un camino equivocado.

Para el mundo, Chile es una gran lección acerca de la fragilidad de la democracia ante el poder económico de las elites oligopólicas. La importancia de la desigualdad estructural de la oportunidad económica no debe minimizarse como peligro a la democracia. Esta desigualdad creada por limitaciones y barreras a la escalera social ascendente es puerta hacia los totalitarismos limitantes de la libertad, tanto de izquierda como de derecha -- y en mis libros y ensayos expongo lo que pienso acerca de esos términos maniqueos. Prefiero, en vez de izquierdas y derechas, hablar de la pugna y ponderación permanente entre el derecho a la oportunidad y el derecho a la propiedad, ambos derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de DDHH y supeditados al derecho a la libertad, definida como la condición bajo la cual el ser humano puede desarrollar plenamente su potencial como tal (ver, por ejemplo, "los liberalismos reales" en el libro La Venezuela imposible).

Gran parte del sacudón latinoamericano tiene su origen en Venezuela, por la gran crisis humanitaria sin precedentes en el continente que ha impulsado a millones de venezolanos (y extranjeros con vida hecha en el país) a emigrar, creando inestabilidad social y económica en sus vecinos. Ecuador, por ejemplo, ha visto atravesar por sus calles a un millón de venezolanos en un período menor de dos años, de los cuales aproximadamente el diez por ciento se ha quedado en el país. La población de Ecuador es poco más de 17 millones de habitantes. Un millón de personas en tránsito incierto por su territorio tiene consecuencias de todo tipo. La población errante venezolana sin patria clara ha generado turbulencias de toda índole en los países receptores y las consecuencias, tanto positivas como negativas, apenas se están vislumbrando (para mayor discusión sobre este tema véase el ensayo Diáspora vs. Exilio vs. Emigración).


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Escribiré más acerca de esos y otros temas en el futuro, pero por ahora regreso anunciando ciertas modificaciones a este Blog. Aparte de un nuevo diseño general, al lado derecho se han ubicado navegadores nuevos. Los navegadores por fecha de entrada no son tan prácticos, por lo cual se han colocado dos que quiero destacar para facilitar consultas sobre temas o tópicos.

El primer navegador a destacar es el de acceso a páginas nuevas dedicadas a Carlos Rangel, periodista y analista político, mi padre. No todas las páginas se encuentran en este modulo navegador, pero esas son las principales. Dentro de cada página de la sección dedicada a Carlos Rangel accesible mediante este modulo navegador podrán encontrar nuevos enlaces a otras páginas relacionadas con el tema.

Esperamos tener noticias adicionales acerca de nuevas ediciones o material cuasi-perdido de Carlos Rangel muy pronto. Por ahora estamos agradecidos de haber tenido la oportunidad de reeditar Del buen salvaje al buen revolucionario para Brasil y el mundo lusitano, con la nueva introducción por Carlos J. Rangel.

El otro navegador a destacar es el que enlaza a ensayos y comentarios de mi parte sobre diversidad de temas, clasificados por dichos temas. Los enlaces asequibles por la página principal de este navegador incluyen comentarios en este mismo blog y otros medios de redes sociales. Igualmente se ponen a disposición la transcripción de cartas y mensajes a personalidades, tales como Carlos Alberto Montaner, Ovidio Pérez Morales, Beatrice Rangel y Napoleón Bravo entre otros, con las cuales se han comentado temas de interés público, y un post del Blog de Montaner con motivo de la edición de mi libro, La Venezuela imposible.

Para terminar este comentario quiero reiterar mi agradecimiento infinito por su lectura e interés en este blog conteniendo mis ensayos y comentarios y, por supuesto, la sección dedicada a mi padre.

Carlos J. Rangel

miércoles, 21 de febrero de 2018

GUNS AND US – A CALL FOR ACTION

Life changes in an instant. One moment can be totally disrupted by the next moment, shatter lives forever. We have lived the unthinkable, unfortunately not the unimaginable, here in our community of Parkland. We have suffered a great and deep wound that will take a long time to heal and leave an ugly scar forever. Children and their teachers were ripped away from our lives and we are left as a community to grieve.

My wife and I own a Mom & Pop store. It used to be that these were common in our communities, but modern life has made changes in the way people and commerce interact. We struggle and survive, facing all the buffeting winds of modern retail; but it is a store dedicated to an activity that many girls and boys do, dance. We thus are close to the young ones in our community and are personally devastated that four of the children that have been coming to our place since they were toddlers are among the fatal victims in the school shooting at Marjory Stoneman Douglas High School. We are horrified by the stories of our survivors, and of their parents, that tell us about the moments of terror they lived through; by their forcibly rooted shock and trauma. We are part of the grieving community, but the unconceivable pain all the parents of the most affected victims must be going through now is heart breaking. We know and are close to many of these people and are suffering for them and the others which we did not know personally. We can only offer support and hope.

I have been there before, in the aftermath of gun violence, and left wondering why. Why do these things happen, how could such a thing happen? I have come to an answer that helps somewhat: irrational acts cannot be explained rationally. My experience tells me that the pain does not go away, it just remains dormant, a bit dulled, a bit numb, so I cannot tell these friends and neighbors that their pain will pass. I can only comfort them by reminding them that these beautiful children had great lives, that they were loved, and that they gave love back to their families and friends. That they had moments of happiness, that they shared that happiness and that they gave happiness back. That is what must be remembered. That is the best hope for comfort. That is what has comforted me over the years.

Just because the specific act itself is irrational, however, it does not mean that we are powerless. The excuse of mental illness behind such violence upon others probably dates to the disturbed man, whose name I will not mention, that stalked Jodi Foster and shot Ronald Reagan. This pretense of blaming mental illness on gun violence is convenient for the gun industry, as it leaves them blameless. Jim Brady, wounded during the attack on Reagan and now dead because of it, knew better and one of the first anti-gun violence organizations bears his name, not just honoring him but because he and his wife founded it. Action, action is needed.  

ACTION 1

There are millions of mentally disturbed people living in our country right now. To blame their disability for the act of one deranged person is to slander all these fellow Americans living under a poorly defined and understood spectrum of diseases. To have politicians excuse the violent acts of a few people affecting the lives of so many on mental illness and at the same time limit access to health care and throw the insurance industry into disarray is the epitome of hypocrisy. To have so many Americans unable to work thrown off Medicaid and thus denied treatment for their disability is shameless. The problem is not these few “sick” individuals as the hypocritical political hacks call them. The problem is the guns. The other favorite excuse of these politicians is terrorism. If that were the case, would it not be a good idea to ban sales of weapons of mass murder to terrorists? To limit access to these weapons of potential mass murder? They cannot even agree to do that; but there is an answer to this why question, and it has nothing to do with irrationality. It has to do with profits.

There are many people who actually believe that the National Rifle Association is an organization of people trying to protect constitutional rights. The NRA labels itself “the oldest civil rights organization in America.” The NRA leadership has led people to believe that they are something akin to a citizen activist group, simply made up by people that have a fixation on the Second amendment of the constitution. Like the ACLU, for example they say, has a fixation on the First and Fourteenth amendment. This is not the case.

At some time in the past the NRA was a sporting association dedicated to teaching gun safety and marksmanship. Now it is a representative, a marketing arm, for the manufacturers of guns, bullets and accessories. It is natural for manufacturers to want to sell more of their products, to expand their markets and that is the purpose of the NRA nowadays, not the protection of civil liberties. Their purpose is to create expanded markets for more of their products.

The original purpose of the NRA, teaching gun safety and marksmanship, is understandable and commendable in a society in which gun ownership legally exists. The use of this purpose for pushing product is a distortion. The NRA, for example funded the rifle team at Marjory Stoneman Douglas, where the shooter trained while a student at the school, and of which he proudly wore the shirt during his rampage. Something is wrong here.

The year 2016, while the killer was at MSD, the NRA donated over $10,000 to the team. In Broward County, FL, where MSD is located, three other similar teams received donations. Let us do some preliminary math. There are 3,142 counties or county equivalents in the US. Let us suppose the NRA’s analysts believe that 20% of those are “good markets”, around 625. Let us suppose an average of 1.5 high school or similar teams dedicated to shooting, hunting and marksmanship in these counties; that brings up the total to about 938 teams. At, say, $8,000 a pop, that is $7,500,000. Considering that the annual dues for a regular membership in the NRA is $35 a year and the organization’s claim to have about 5 million members, that’s about $1.50 per member. The numbers used to arrive at this figure are conservative, but let us imagine it is $10 million spent, out of a fee base (if all pay their dues) of $175 million.

There are two ways to look at this, neither of which is favorable: 1) The NRA is not spending enough on its basic mission to teach gun safety and marksmanship. 2) If the numbers are lowballed, the NRA is ineffective in its basic mission of teaching gun safety and marksmanship.

The NRA has disclosed their numbers, of course. Upon review, it looks more like the second interpretation would be correct. In 2016, in Florida alone it gave “foundation grants” to the tune of a little more than half a million dollars to a variety of organizations and associations, including governmental as well as schools and universities. The total national spending disclosed for “program services” was $288 million. The total spent in political activities and contributions was close to $61 million (including $30MM to the Trump campaign). The revenue from dues ($164 MM), program fees ($70 MM) and investments ($30 MM) was $264 MM. Where does the rest of the money come from? The answer is contributions. Individual and corporate contributions topped $171 MM, more than the revenues from membership fees. That is the (figurative) smoking gun.

A low number of high amount donors has a greater power over the organization than the large number of low fee paying members. And these high amount donors are closely associated to—if not outright—gun, ammunition and accessory manufacturers. This is what has distorted the original mission of the NRA. Now it is an association more akin to an automobile manufacturers association that to any civil rights organization, but brazenly peddling its product in the guise of defending the constitution. The speech, actions and behaviors of the NRA are misleading, and it has to be called for what it is, so that its members are not exploited as a simple marketing data base.

The NRA is a manufacturers’ association. As such its purpose is to increase the sales and profits of its associated members. Its executive VP earned $5,051,249 in 2015 as his rewards for successfully steering it in the direction of its donors’ interest. The NRA has to desist calling itself a civil rights organization, or be forced to do so by legal means. It is as if the American Petroleum Institute marketed itself as an environmental organization. There is no shame in trying to advance the benefit of members of a manufacturing organization. The counter balance to these efforts is government and civil society. This balancing act is part and parcel of democracy, but the actors are accountable for their representations or misrepresentations.

The purpose of the NRA is to sell more of its donors’ hardware. It has failed in one of its charter purposes and mission: gun safety. It has liability for the deaths in Parkland and should be held accountable. Its contribution to the rifle club to support the use and spread of firearms, instead of to identify and weed out potentially unfit gun owners makes it liable. Many kids in the school were not surprised when the identity of the shooter was revealed. That means that members of the rifle team could have alerted the major organization that represents gun sellers (and a sponsor of the team) to make sure this potential killer had no access to guns, much less assault weapons; that would be the case if the purpose of the NRA were gun safety.

The NRA, despite its charter mission of gun safety and education, has no obvious and clear mechanism to do this. It is more interested in selling bullets and the tools to use these with devastating impact. It is more interested in promoting gun use than in limiting their access only to responsible citizens; regardless of the intended use for that gun. The NRA’s answer to these tragedies is to brashly peddle more guns, the “good guy with a gun” narrative. At MSD it was said there were two patrol cars with officers at the time of the shooting. 

[after originally writing this entry, it was reported that a School Resources Officer, armed and in uniform, was at the school and did not enter the building when he heard shots fired. I do not have enough information to assess if the actions taken by this officer were the right ones. In the reported four minutes he took shelter out of the six of the attack, his actions or lack of them do not indicate at first anything but training, as he may have been calling for backup, trying to determine how many shooters were there, been given instructions, etc. Rushing into a hail of bullets in an unknown situation is not necessarily the right thing to do, and it is easy to second guess. I will not pass judgement on this man, he did it himself: he retired from the Sheriff's office].

The unfolding of tragedy has its own uncontrollable dynamics and adding gasoline to a fire will surely not quell it. To push for more guns in the hands of teachers or more armed guards in our schools (“call in the veterans!”) when the teachers have to buy classroom supplies out of their own pockets from their own low pay, when schools are generally underfunded… to ask that the scant school funds be used to increase the profits of gun manufacturers can only be characterized with one word: disgusting.

If further proof were needed that the NRA is a manufacturers’ association, we only need to see the way the rank and file, dues paying member generally feels about gun control. Consistently, basic measures such as background checks for private and gun show sales, or preventing the mentally ill from buying guns are supported by a majority of the association’s members, even its most “conservative.” Consistently the leadership of the NRA has opposed these limitations to gun sales. The leadership, thus, is not looking out for its due paying members concerns, but for its major donors’ interest. This is no longer a sports enthusiast’s association. This is an association whose main interest is to protect and expand the market of its manufacturing financial supporters by any means, including the deceptive practice of calling itself a civil rights organization.

ACTION 2

Laws. There is no question absolutely that laws and regulations make a difference. Will they stop all of these tragedies? Of course not. But look at all countries where use and possession is better regulated than in this country. Look at Connecticut, where after Sandy Hook a thorough examination of laws, regulations and practices was put in place and gun deaths decreased. Common sense on this issue is that better control will lead to fewer tragedies or diminish the impact of them. Common sense also tells us that a balanced regulatory framework will not stop all instances. That does not mean that we should give up and let mayhem run rampant. An occasional incident in a place such as Japan or Australia does not change the narrative that better laws protect more people. In the US incidents with guns occur in schools on an average of one every 10 days.

Norway was shocked on July 22, 2011, when a self-proclaimed protector of western values bombed, shot and killed in a rampage that eventually left 77 people dead. In an essay in the New Yorker in 2015 by Karl Ove Knausgaard on this awful event, there is a phrase that has stuck with me: “…the two entities, the unimaginable crime and the man who committed it, (are) irreconcilable.” This is an insight that lawmakers seem to lack. It defines the tragic event as an intersection of a deranged individual and the means to commit a deranged act. Thus, to have effective action an effective two pronged approach comes down to regulating who can get weapons, and how to limit the capacity of anyone to commit the unimaginable crime. 

It is undeniable that a mentally unstable person or psychopathic social misfit should not have access to unlimited firepower; or any firepower, for that matter. Better cross record keeping of potential terrorists, blanketing even people with similar names in “no fly lists,” originated in the US after 9/11. A “better safe than sorry” mentality prevailed (and prevails) in the war on terrorism. How come this type of mentality does not seem to be considered as part of a solution to the war against our innocents?  There are civil liberties, privacy and protections to consider, of course, but that is what lawyers are there for, why they make the big bucks. Many people stopped at the boarding gate only find out they are on a no fly list at that moment, it is not a publicly available document. There were failures of cross communication in the case of the Parkland shooter that led to his ability to purchase legally seven guns and countless bullets. This is a relatively easy fix, but a fix that needs a willingness from many (including the NRA) to occur.

Out of the studies on the effectiveness of better gun laws a salient point stands out: “clustering” matters. States with stricter gun laws next to each other, such as in the Northeast, have a lower rate of gun deaths. Chicago, next to lax regulation states has a gun death problem. Every time there are big gun shows in neighboring Nevada or Arizona, the gun death rate in California, which normally is low, spikes. This means that a comprehensive national approach is required if effectiveness of the regulations is to be maximized. This means that to effectively limit gun tragedies, a comprehensive federal solution is required, and perhaps some rethinking of the way laws in this field work.

Florida statutes include the “Carlucci Act” since 1987. The intent of the act is that all gun laws be uniform throughout the state and regulated at state level. The so called defenders of the second amendment have used this act to dilute restrictions statewide to peddle more of their wares. Local communities have no control on this very local issue. The act has been used to weaken regulations, instead of strengthening them. In a more responsive representation of the citizens’ will, such an act should not be used against communities and officials trying to protect their neighbors (destitution, a $5,000 fine plus court costs), even taking into account the clustering effect mentioned above. If a community wants to restrict gun ownership, it should be allowed to do so. The Carlucci Act should set the lowest common denominator of restriction, not the upper limit. It is the Governor who interprets the implementation of this act and has said he would use it to avoid increased restrictions. Similar legislation may exist in other states which empowers the manufacturing association, as then it only has to center its marketing efforts in a small number of individuals, the state legislators, whom it will gladly assist in drafting laws and regulations.

After each tragedy, the macabre game that federal politicians play, one side sending thoughts and prayers and the other one rending their robes in the temple calling for more laws they know will never pass is exasperating. Guns are powerful, the working end of a barrel intimidating. That is why against this terrifying power, our communities and citizens ask for help from the power of the government; but government has failed us. Against the power of guns, the power of government, as directed by our current state and federal representatives, has failed. We will have to use the power of democracy against the power of guns. As someone once said “don’t boo, vote!”

And we have to use the power of community.

ACTION 3

At the most local level we have the power to make a difference. Many people knew the Parkland shooter, and knew he was troubled. Being a troubled youth does not a killer make, but signals build up and intervention can be a deterrent. I am sure that it has in the past, in countless incidents that have not occurred, that have not been covered because they never happened; a friend, a teacher, a social worker was there when it was needed. We have to be there more when it is needed. We are the closest ones to the stranger among us harboring the potential for inflicting mass tragedy.

This stranger among us in Parkland lived in our community and interacted with us. He called a person I know when his mother died. He was taken in by a family willing to care for him at that time. He was a member of the ROTC and the rifle club at MSD—and perhaps targeted them in his rampage. He worked at a local store two miles from the school and frequented by many, including the victims and their families. He hit on local girls. He was also the one that classmates would joke as the one most likely to shoot up the school. Many have told me they feel guilty they did not do anything, did not see the signals. But what if they had? What could be done without making us the monster, without breaking what America is all about, freedom? This is not an easy question to answer, and social workers and psychiatrists grapple with it and sometimes pass the buck with a sense of shame and a fear of the future. One thing I do know: we are the victims, not the guilty.

The sacred nature we hold for life and of its potential, drives the sociopathic reasoning of these troubled minds. They know how much we care about our fellow human beings and that acting out the way they do they will gain what they believe to be recognition—and a sense of payback for the grievances they hold against their community, be it school, family, workplace or society at large, hurting us where it hurts so much. They act in the belief that they will no longer be ignored. If that is the case, we should find ways not to ignore them in the first place, not to let them slip through the cracks of invisibility and alienation. These are people that live among us. In schools this may lead to social strategies to identify the bullied and isolated ones, to better networking with social services, not automatic age cutoffs or bureaucratic buck passing; to an equivalent of “community policing” in the building hallways. All complicated and perhaps expensive things to do. More complicated and expensive than a funeral.

We have to recognize that the best of strategies, the best of networking, and the best of educating will not be a 100% solution. There is the possibility that the unthinkable will attempt its worst again. This requires planning to improve and harden our school buildings. A cinderblock wall dividing hallways from classrooms could decrease the lethal power of bullets. An automatic lock controlled from the teacher’s desk could avoid having to approach the door; a better reinforced door could be a good idea too. A door window (bullet proof?) that could mirror itself when the door was under code red lock allowing people inside to look out but not people outside to look in is technologically feasible, and better than having a kid volunteer to put up a piece of dark cardboard. Smart video monitoring could allow responders to understand better the situation inside. All this would be a better infrastructure investment to protect American children than building a symbolic wall on the Mexico border.

There is some community self-awareness to build, some measures to take, away from the alienating smart phones and sectarian divisiveness sowed so skillfully by many media and social media pundits and, as it turns out, enemies of America and what this country represents. That does not mean that the victim, our community, should be blamed for the criminal’s action. Some measures can be taken at the grass roots, but the lack of leadership on this is issue is galling.

Guns are not going to go away, and neither are cars. Cars are regulated, policed and controlled, even when the constitution establishes we are free to move around the country. There are age and use restrictions, examinations, state registrations, federal standards, and a police force specialized to enforce all laws related to automobiles, automobile usage and persons authorized how and when to drive. Even so, motor vehicles can be used as weapons of terror, just not often. The standard for regulating guns should not be only “don’t point at me with it.”

We call upon our leaders, political, social and media, to come forward with true, sincere plans and solutions or to simply join in what common sense and American values dictate. We ask you to use your power against the power of the loaded gun. There is a gun problem in America unlike any in the rest of the developed world. What are you going to do about it? Will you support common sense or add fuel to the fire? Will you be blind to the facts, engage in marketing obfuscation? Mass murderers have unwitting accomplices. Do not become one.
Photo by Jose Moreno on Unsplash
And here is my take on the Second Amendment: Access and Control.

FOR OTHER WRITINGS ON GUN CONTROL BY CJ RANGEL GO TO: BESEIGED BY GUN VIOLENCE

viernes, 2 de febrero de 2018

APRECIACIÓN Y COMENTARIO BASADO EN LAS MUÑECAS DE LA CORONA

El 30 de enero fui invitado a participar en un panel de discusión sobre el nuevo libro de Ibéyise Pacheco, "Las Muñecas de la Corona". Esta es la intervención preparada para dicho panel:

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Buenas tardes a todos. Quiero antes que nada agradecer a la organización de la Miami Biennale, en persona de Milagros Maldonado, Amelia Sosa, a otros representantes aquí presentes y a la insigne activadora del pensamiento Beatrice Rangel, la invitación a este evento en el cual me honra acompañar a la periodista Ibéyise Pacheco y al político y escritor Alexis Ortiz. Y quiero agradecerles a todos ustedes por venir hoy a este evento.

Ibéyise, Alexis y yo recientemente hemos escrito tres visiones de la vivencia venezolana. Hay muchas más, y todas esas conforman lo que a fin de cuentas es la complejidad de un país, sus gentes, su historia y su transformación. Ni por disimulo ni yo ni ninguno de los que me acompañan en esta discusión pretende tener el cuento completo, la historia oficial, la verdad absoluta. Pero la combinación de estas visiones ofrece una ventana a lo que es Venezuela hoy día. Esperemos también que de alguna manera este diagnóstico por pseudo galenos sociales sirva de alguna manera para contribuir a un cambio positivo que enfrente las realidades descritas por nosotros.

Para comentar “Las Muñecas de la Corona”, el libro de Ibéyise que nos convoca aquí esta tarde, quiero comenzar refiriéndome a un par de líneas que me impactaron mucho del más reciente libro de Alexis, “Venezuela, Democracia civil’. Venezuela ha vivido al menos tres grandes exilios. En el primero, con motivo de la dictadura de Juan Vicente Gómez, Alexis relata que Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Ricardo Montilla sobrevivieron en Barranquilla, Colombia, manejando durante un tiempo entre los tres una frutería. Entre esos menesteres y atendiendo clientes, idearon el “Plan de Barranquilla”, un documento que analizaba estructuralmente la sociedad y economía venezolana de entonces y proponía soluciones para salir de la dictadura y desarrollar el país. Cabe destacar que, entre la rivalidad de ideologías de aquellos años—capitalismo, fascismo y comunismo,  la predominante en este plan se acercaba más al comunismo, que como bien sabemos en aquella época todavía se pensaba que era una utopía social realizable. Pero comunistas declarados y ortodoxos, como Miguel Otero Silva, decían que ese plan no era suficientemente radical y le reclamaban a Betancourt y a sus amigos que más bien debían seguir el ejemplo de la revolución rusa. Otros intelectuales de la época como Mariano Picón Salas calificaron a ese plan como “una crítica clara y realista acerca de la política en Venezuela” y fue comparado con otros documentos históricos tales como el Manifiesto de Cartagena y La Carta de Jamaica. 

Hoy podemos ver la semilla de la social-democracia contrapuesta al comunismo en ese documento y en los tempranos comentarios de Betancourt. Quiero recalcar que uno de los puntos del Plan de Barranquilla era la exclusión de militares del manejo de cargos públicos, algo eventualmente consagrado en la constitución de 1961, años después, y revertido con saña en la de 1999 con las consecuencias que se viven hoy. Todo esto ideado mientras esos tres jóvenes amigos se ganaban la vida vendiendo mangos, granadas y guayabas a unas amas de casa pendencieras. La vida del exilio.

Las otras líneas que me impactaron profundamente en el libro de Alexis se refieren a una anécdota con el gobernador copeyano del estado Sucre bajo el nuevo gobierno de Luis Herrera Campíns. Un amigo de la infancia del recién designado gobernador se le acerca y le dice “por fin le quitamos el gobierno a esos adecos…” y añade: “yo voté por ustedes y vine a buscar lo mío”. Ante esto, el gobernador le dice a su secretario de gobierno que busque a ver que trabajo se le puede dar a su amigo de infancia. Alexis relata entonces: “Espantado el hombre reclamó: ‘Carajo Carmelo, ¡que bolas! Yo no quiero trabajo, chico. A mí lo mío me lo dan en efectivo’”.

Esa triste realidad de un retroceso político, desde un trio de jóvenes vendiendo nísperos mientras piensan como mejorar el país hasta unos amigos del gobierno de turno que se sienten con derecho a recibir lo suyo en efectivo, la vemos reflejada en el extraordinario libro de Ibéyise Pacheco, “Las Muñecas de la Corona”. Les confieso, francamente, que cuando iba por la mitad del libro mi dolor era tal que casi se me salían las lágrimas. La tristeza que lo embarga a uno cuando ve documentada y detalladamente la corrupción que ha llevado a Venezuela a la condición en la que se encuentra hoy es abrumadora. La documentación no tanto de los crímenes, que de por sí son horrendos, sino de la mentalidad detrás de ellos que parece una barrera insalvable para lograr que el país prospere, es profundamente dolorosa.

El uso de la ficción y relatos es eficaz para influenciar la opinión pública. En eso Ibéyise nos lleva una morena, como le dicen en Venezuela a la ventaja, a Alexis y a mí. En Venezuela es clásica la influencia que tuvo la telenovela “Por estas calles” en aumentar el cinismo y la apatía contra políticos y el gobierno, sentimientos que contribuyeron al triunfo electoral de Hugo Chávez en 1998.

El héroe y patriota Oscar Pérez, recientemente asesinado vilmente por el régimen, decidió hacer su película “Muerte suspendida” motivado por un incidente, descrito en un artículo del New York Times por ese amigo de la democracia en Venezuela Nicholas Casey, en el cual trata de convencer a un joven de barrio que no se incorpore a un grupo hamponil, a una vida de crimen. Pérez relata la influencia de la televisión sobre este joven: “Literalmente, él olvidaba el hambre viendo televisión”, dijo Pérez. “Es ahí cuando tú te das cuenta del poder tan grande que tienen los medios audiovisuales, el cine”. Ese protagonismo de ficción ejemplarizante no fue suficiente para Pérez. Su frustración eventualmente lo llevó a tomar acciones de rebeldía heroica que lo insertan ahora en los libros de la historia, no en relatos de ficción.

En aquella tradición de ficción aleccionadora, Ibéyise nos presenta “Las Muñecas de la Corona” donde destapa e identifica las relaciones y los crímenes descomunales de corrupción cambiaria, administrativa, tráfico de mercancías e influencia, de narcotráfico, de violencia delictiva patrocinada por el estado, y de manipulación criminal de la información de este régimen. Esta exposición de crímenes es fruto de su gran capacidad como investigadora, y es presentada dentro del marco de una novela en clave donde personajes como Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Néstor Reverol, Jorge Arreaza, Diego Salazar, Víctor Vargas, Raquel Bernal o Jimena Araya y, evidentemente, Osmel Sousa, son fácilmente identificables. Otros no tanto, pero ya en su momento ella nos dirá.

La cuantificación parcial de los dineros robados a la nación descrita en el libro se acerca o supera la deuda externa del país. Para los que les extraña el empeño del gobierno en servir esa deuda llamada “externa”, Ibéyise aclara que muchos de estos bonos de deuda externa fueron comprados con dólares preferenciales por cómplices y amigos del gobierno para así ganar por partida doble, con esos intereses pagados en dólares a los bonos y con el diferencial cambiario al vender dichos bonos e intereses. Mientras la gente se muere de mengua en el país por falta de medicinas y comida.

La corrupción es tan normalizada en la vida diaria de estos parásitos, que en la novela Ibéyise pone en boca de un personaje refiriéndose a la “muñecas”, una frase lapidaria evidentemente aplicable a toda esta sarta de cómplices del régimen, “bueno, todas son putas, pero algunas lo disimulan con clase”.

La investigación de Ibéyise de alguna manera puede servir como el inicio de un mapa para identificar el destino de esos dineros robados y mal habidos por esos delincuentes que se apoderaron del país con la intención de “recibir lo mío en efectivo”. Dineros que deberán ser confiscados, al igual que en el Plan de Barranquilla se postulaba para los bienes mal habidos de Juan Vicente Gómez.

Ahora, No quiero de ninguna manera justificar a los personajes y corrupción descritos por Ibéyise, pero sí quiero compartir una conclusión final que se ilustra con su libro.

Hace unos 250 años, Adam Smith postuló que el interés propio es parte de la naturaleza humana. Si esto se toma como cierto, entonces un corolario pudiera ser que cuando existen oportunidades de enriquecimiento lo natural, en la mayoría de las personas, es aprovecharse de esas oportunidades. Estas oportunidades pueden ser oportunidades de corrupción y delincuencia; el famoso “póngame donde haiga”. La “Pax Cadívica” fue un gran ejemplo de cómo se puede diseñar la corrupción, institucionalizando un dilema del prisionero, moral, en donde mucha gente justificaba su pequeño arbitraje cambiario con la racionalización de “todos lo están haciendo” y “esos son los dólares que me tocan”; o sea “lo mío lo quiero en efectivo”. Algo similar ocurre ahora con la distribución de las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción—los CLAP.

Entonces, para combatir la corrupción, hace falta disminuir esas oportunidades de corrupción, no solo enjuiciar a los corruptos de turno en venganza política, tradición común en nuestra historia republicana. Hay que hacer una gran reforma estructural para combatir la corrupción.

En aquellas líneas del libro de Alexis sobre el gobernador de Sucre y su amigo, podemos ver ese error estructural pernicioso en Venezuela. El gobernador, como respuesta a su amigo, le propone un cargo de gobierno. Es decir, aumentar el tamaño del estado. El crecimiento desmesurado del estado, sus organismos y afines no permite combatir la corrupción de manera efectiva.  La respuesta ante la corrupción no es un gran estado benefactor que otorga empleo, es un estado limitado que estimula la productividad y la innovación. La concentración del poder en un pequeño grupo, sea un gabinete ministerial, una cúpula partidista, o una oligarquía empresarial, siempre tenderá a favorecer prácticas corruptas. En “Las Muñecas de la Corona” se ven claramente las consecuencias nefastas de la concentración del poder, una concentración plasmada en las leyes y constitución de Venezuela.

Si estipulamos que la corrupción es parte de la naturaleza humana, combatirla a fondo no recae únicamente en perseguir sus artífices sino en la estructura del sistema que les brinda las oportunidades para perpetrarla. Para disminuir esas oportunidades el estado tiene que limitarse a responsabilidades de gobierno y el poder no puede ser concentrado. No quiero decir con ello que los corruptos deben ser perdonados porque su mamá no los quiso bien cuando eran chiquitos; ellos deberán ser perseguidos con todo el rigor de la ley y relevados de sus bienes mal habidos. Lo cual nos lleva a otro punto: el estado de derecho. Pero la noche y el tiempo son cortos, por lo cual no voy a ahondar en ese tema.

A mademoiselle Madeleine de Scudery en el siglo 17, allá por los mil seiscientos y pico, se le atribuye haber ideado el llamado Román a Clef, la novela en clave, para hablar acerca de las cortes de la época. Su novela, Artemène, o el Gran Ciro, tiene casi dos millones de palabras en 10 volúmenes y se considera la más larga novela escrita en la historia de la humanidad. Las élites cortesanas y las cortes de Europa se divertían mucho con los relatos de la mademoiselle, con sus recuentos de los pecadillos, indiscreciones, menudencias y hasta crímenes de los poderosos de su época, con nombres ficticios escudando identidades pero obvios en muchos casos.

La gran periodista e investigadora Ibéyise Pacheco en su novela, “Las Muñecas de la Corona”, nos ofrece su propia visión acerca de las cortes, cortesanos y cortesanas de la Venezuela chavista. Un solo volumen. Esperemos que no tenga que escribir diez.

Muchas gracias

jueves, 18 de enero de 2018

ESTRUCTURAS DE DEMOCRACIA Y LIBERTAD

(Notas para un discurso ante VENAMERICA)
Buenas noches. Quiero agradecer al Sistema Universitario Ana G. Méndez y a VenAmérica por haberme invitado a compartir con ustedes esta noche unas reflexiones derivadas de mi libro, “La Venezuela imposible”. Quiero agradecer en particular a Luis Corona y a Gonzalo Aguerrevere, presidente y directivos de VenAmérica por esta iniciativa positiva que busca discutir lo que queremos de una democracia moderna en este mundo y, en particular, en el caso de Venezuela; y, por supuesto, quiero agradecerles a todos ustedes su interés por venir a este evento y compartir con nosotros su valioso tiempo esta noche.
Comencemos por internalizar que el principio básico de la democracia es que cualquier persona sujeta a una ley debe tener voz en la promulgación y ejecución de dicha ley. En una república democrática los gobernados tienen el derecho a decidir y decir cómo son gobernados; o sea las leyes e instituciones que rigen al estado son formuladas e instrumentadas con y por el consentimiento de sus ciudadanos. Es eso en lo que consiste la soberanía en el pueblo, la república.  Cuando un gobierno regenta con este principio, obtiene el apoyo, la acción y el aliento de su ciudadanía. Los gobiernos que violan este principio lo hacen bajo riesgo de rebelión o tendrán que aplicar medidas represivas a sus ciudadanos para mantenerse en el poder.
Para que exista democracia debe existir un estado de derecho que respete ese principio básico. Esto se logra cuando la formulación de las leyes es independiente de las instituciones encargadas de ejecutar y de interpretar dichas leyes. En el ideal democrático las leyes son formuladas por un cuerpo deliberante con multiplicidad de opiniones, debido a que una sola persona o un pequeño grupo de personas nunca tendrán la capacidad suficiente para saber o velar por todos los intereses del gran número de ciudadanos que componen la república. Por esta misma razón, la ciudadanía debe ser consultada periódicamente para ratificar que sus voces e intereses están siendo escuchados y protegidos.
Una república democrática respeta esta voz del ciudadano. Esta voz se manifiesta a través de las herramientas de la democracia, y el voto, por supuesto, es una de éstas. Las elecciones son condición sine qua non de una democracia pero no por existir elecciones existe democracia. La voz del ciudadano en democracia incluye la libre expresión de ideas, el pluralismo y la tolerancia; y la libre asociación de personas en partidos, sindicatos y otras agrupaciones de la sociedad civil con capacidad de influenciar las decisiones de gobierno. La estructura democrática, entonces, incluye herramientas, procesos y mecanismos que maximizan la posibilidad de que los distintos sectores de la ciudadanía tengan voz relevante y frecuente en el gobierno de su república.
Por último, el poder concentrado es antidemocrático. Concentrar el poder en sí no es el problema, el problema es la naturaleza humana. El ser humano vela por su interés propio como parte de su instinto de supervivencia. Si aceptamos esto como natural, la ilusión del tirano todopoderoso y benevolente se desenmascara como tal: una ilusión. Un tirano nunca será benevolente y, eventualmente, utilizará ese poder para su propio beneficio. Cualquier interés contrario a ese beneficio propio será reprimido. Es por ello que la estructura democrática debe desconcentrar y favorecer la desconcentración del poder. Esto se logra en primera instancia dividiendo la formulación, aplicación e interpretación de leyes en instituciones independientes. En segunda instancia se logra asegurando que las herramientas de la democracia permitan la convivencia de intereses múltiples, y a veces contrarios, dentro del consenso general de país; el consenso, espero, de que el sistema democrático es el mejor para regir los destinos de una nación.
De esta manera llegamos a las conclusiones de que:
1.      Una democracia es un sistema de gobierno en el cual los gobernados en sociedad tienen la capacidad dinámica para decidir, opinar e influir acerca de cómo son gobernados.
2.      Esta capacidad se ejerce mediante elecciones libres, libertad de expresión y libertad de asociación.
3.      El estado de derecho es característica intrínseca a la democracia.
4.      Los límites al poder y la multiplicidad de intereses son esenciales para la estructura y el fortalecimiento de la democracia.
Existen otros modelos de gobierno que no son democráticos y que “funcionan”, por decirlo así. Gente nace, vive, crece y muere en esas sociedades bajo esos gobiernos. Recordemos que en los 6.000 años de historia civilizada que tiene el mundo, la existencia de la democracia es un instante de esa historia; pero el experimento democrático vale la pena. Es bajo democracia que se ha desarrollado el potencial humano que proviene de la libertad, un potencial insospechado a principios del S. XIX, cuando se inician los experimentos democráticos modernos alrededor del mundo.
En mi libro, La Venezuela imposible, defino la libertad como “la condición bajo la cual el ser humano tiene la oportunidad de desarrollar plenamente su potencial como tal.” Al definirla así, democracia y libertad van mano a mano, se complementan la una con la otra, democracia como el derecho a tener voz propia en nuestros destinos y libertad como el derecho a tener la oportunidad de desarrollar plenamente nuestro propio potencial. La sinergia entre estos dos derechos es la que ha logrado que este breve período de civilización, en el cual ha florecido lo más parecido a democracia y libertad, ha sido el período de civilización que ha tenido el mayor incremento de desarrollo y bienestar en 6.000 años de historia. Es por eso que democracia y libertad es la meta deseable para cualquier país. Esa combinación es la más conducente al mayor grado de paz y prosperidad para una nación.
En Venezuela no existe democracia. Vale la pena acotar que en el período anterior a este  régimen que ahora gobierna Venezuela la democracia no era plena, no satisfacía todas las condiciones necesarias mencionadas anteriormente, principalmente la referida al estado de derecho. Esa fue una de las razones por las que triunfó la llamada “tercera vía” anti-institucional de Hugo Chávez que prometía renovar la democracia y poner orden. En mi libro incluyo más de un par de ensayos sobre ese tema. Pero, a pesar de no haber sido esa una democracia perfecta, lo que se vivía en Venezuela antes de esta llamada Quinta República era una democracia perfectible. En contraste, lo que se vive hoy en el país que es una tiranía enquistada. La característica principal del gobierno tiránico, la concentración de poder arbitrario en un pequeño grupo u oligarquía, es manifiesta en Venezuela; y esta tiranía concentra su poder en ciclos de una represión cada vez mayor.
La represión tiene tres componentes: la represión política, la represión económica y la llamada represión biológica. Las acciones de la represión política incluyen la violencia mortal contra manifestantes y marchas, golpizas, intimidación por milicianos, encarcelamientos, secuestros, torturas, etc.  La represión económica incluye desde el “bozal de arepa” hasta el chantaje para el acceso a divisas preferenciales y la creciente importancia del Carnet de Patria para transacciones ordinarias eliminando así el dinero. La represión biológica incluye las dificultades e inseguridad para satisfacer necesidades de supervivencia básica: alimentos, salud y techo, el nivel más bajo en la jerarquía de Maslow. Muchos de los problemas humanitarios que vemos a diario no son únicamente consecuencia del modelo económico errado en ejecución desde hace 50 años en Venezuela sino que son mecanismos que utiliza la tiranía deliberadamente para concentrar su poder mermando el apoyo, acción y aliento necesarios de la ciudadanía para que se pueda vivir en sociedad con paz y prosperidad.
La meta del régimen es clara: establecer una mal llamada “democracia” de partido único, eliminando las voces de cualquier otro interés que no sea el de ese partido. Un partido único, o con una oposición conformada por convidados de piedra, acumula el poder de manera tiránica e inclusive hace simulacros casi creíbles de democracia para aquellos que comulgan bajo su misma hegemonía. Esto ocurre con mayor o menor éxito en Cuba, en Corea del Norte, en Irán, en Rusia y la China. Ocurría en el Egipto de Mubarak; en el Irak de Hussein; en la Unión Soviética. En mi libro específicamente ilustro similitudes entre el régimen norcoreano y el de Chávez-Maduro en un ensayo titulado “La Locura del Liderazgo”, escrito ya hace casi tres años. En ese ensayo argumento que el modelo de gobierno venezolano cada vez más se aproxima al modelo norcoreano, incluyendo el fetichismo religioso-político como instrumento de manipulación ideológica, la demonización de “el imperio”, y el aislamiento internacional. Es de hacer notar que Venezuela y Corea del Norte tienen un tratado de defensa mutua.
Ante esa tiranía controlando a Venezuela —sustentada a su vez por ser simultáneamente una pieza clave en las ambiciones imperiales del régimen cubano y una pieza clave en las redes de tráfico internacional de drogas— es natural que una gran parte del pueblo venezolano, ya sea por razones de supervivencia básica o por razones de rechazo moral, se haya ido del país voluntariamente. No es fácil tomar esa decisión. Mi padre abandonó el país de la dictadura de Pérez Jiménez en 1956 para hacer carrera en los EE.UU. ante el asco que le causaba aquella dictadura, pero tuvo la fortuna de poder regresar en 1959 a apoyar y participar directamente en la formación de la nueva democracia.
Entre las redes sociales hay personas que a veces acusan a los exiliados de abandonar a la patria, de escaparse como ratas traidoras, de no querer ser “solidarios” con la tragedia del país... El colectivismo cultural que identificó Hofstede en Venezuela en los años 60 se mantiene vigente en estos reclamos infundados del colectivo a la decisión individual. 
Quiero aclarar mi opinión sobre esto. Para mí, los que realmente han abandonado a Venezuela son sus mal llamados gobernantes actuales. Ellos transformaron al país en un mero instrumento de su propio enriquecimiento y para la satisfacción de sus ansias de poder e influencia. La verdad es que no hay que estar fuera del territorio venezolano para sentirse exiliado. El país que construyeron estos tiranos delincuentes no es la Venezuela que existe en el corazón de muchos, la que ya no es más en ningún lugar del mundo. Esos que mal gobiernan al país, esos son los verdaderos vende patrias, esos son los traidores al pueblo de Venezuela, los traidores al legado histórico y cultural de un gran país; los traidores al potencial de grandeza del capital humano de los venezolanos. Ellos son los traidores. Pretenden robarnos la memoria del país; le han robado el futuro al país. Ellos son los traidores.
A esos traidores en el gobierno les conviene crear la división entre exiliados y a los que llamaremos nacionales, los que se quedaron en nuestra tierra. Les conviene la división entre exiliado y nacional. A esos traidores en el gobierno les conviene crear la división entre exiliado y exiliado; entre nacional y nacional;  les conviene la división de metas, el desacuerdo en tácticas y estrategias para llegar a cualquier meta. Es útil y fácil para el régimen dividir y desprestigiar cualquier liderazgo que proponga metas. Estos son los trucos de espejo y juegos de mano que usa el régimen para fortalecer y cimentar su estructura totalitaria de partido único en el poder.  
Por eso es que el opositor en el exilio y el opositor nacional debemos simplificar la meta, regresar al objetivo primordial y único: restaurar la democracia en Venezuela. Una vez que esa meta sea lograda pueden existir tantas divisiones como se quieran en contienda electoral libre y democrática, con agendas y programas de gobierno distintos.  Es para enfocarme en esta meta y aclarar lo que se busca que comencé hablando acerca de las estructuras de la democracia.
La democracia se fortalece con una amplia participación ciudadana. Mientras mayor, fuerte y diversa sea esa participación, menor será la probabilidad de que se fortalezcan tiranías coyunturales por existir el interés de compromiso político entre los distintos grupos de interés ciudadanos que conforman el poder de la república. Es por eso que las tiranías quieren uniformizar a los miembros de sus sociedades. A la resistencia, para restaurar la democracia en Venezuela, nos hace falta toda la diversidad ideológica de todos los venezolanos, tanto de aquellos en la patria como de los que estamos por otros lares. Tanto de aquel dentro del régimen que, como Saúl de Tarso fulminado en el camino a Damasco, es ahora converso, como de los que siempre supimos lo que representaba Chávez y clamábamos en el desierto. Tanto de aquel que quiere usar sanguinariamente ejércitos y milicias para ajusticiar a cualquiera con franela roja, como del que quiere desesperadamente evitar esos ríos de sangre. La meta verdadera sigue siendo una sola: restaurar la democracia. Todos tienen voz, todos aportan, la solución no es mañana ni pasado mañana, pero sí existe y va a llegar. Una vez que la democracia esté restaurada se podrá ir a la contienda electoral y ver a quién escoge la ciudadanía soberana.
La estructura cabal de la democracia permite crear un gobierno en el cual los ciudadanos ejercen el control consensuado sobre su gobierno, en vez de que los gobiernos ejerzan el control represivo sobre sus ciudadanos. Defender la democracia, entonces, equivale a defender los derechos humanos. Los derechos no son esa concepción totalitaria castro-cubana: una gracia otorgada por el estado. Los derechos existen por el hecho de ser humano, y un derecho humano fundamental es el derecho a la libertad. Es por eso que la defensa de la voz de la democracia es la defensa de la voz de la libertad; y defender a la libertad es defender a la democracia.
Hace muchos años salí de Venezuela, pero Venezuela nunca salió de mí. A pesar de las frustraciones y emociones desesperadas, como las de aquel que ve en cámara lenta un accidente ocurriendo, he mantenido mi fe en Venezuela. Recientemente hablé por teléfono con mi tía, ya anciana, y me decía que no espera que llegará a ver la recuperación de nuestro país. Pero esas palabras me lo dicen todo: espera que el país se recupere de esta destrucción social que ella observa diariamente a su alrededor. Ese día ella iba a votar, en las elecciones municipales recientes. Sabía que su voto en realidad no contaría, en el mejor de los casos sería anulado, en el peor robado, pero ella no quería que le robaran también su derecho al voto. Su derecho a tener voz, derecho por el cual lucharon y murieron muchos en el pasado lejano y reciente. Ella aporta su grano de arena a la democracia como mejor puede, como ciudadana. De granos de arena es que se hacen las más bellas playas, cada grano minúsculo, y todos contribuyendo al gran espectáculo que nos maravilla al pararnos ante la inmensidad del mar, bajo un sol tropical. De gota en gota esa mar rompe en poderosas olas, reventando peñas; gota a gota se riegan las selvas, donde cada hoja de cada árbol aporta el oxígeno que respiramos cada día para sobrevivir. Cada grano, cada gota, cada hoja, cada minúsculo aporte de apoyo a la democracia, de acción contra el régimen y de aliento a la resistencia, cuenta para construir el mundo que queremos, ese en el que queremos vivir. Cada aporte que cada uno de ustedes pueda hacer es valioso para lograr la meta de un país con paz y prosperidad en democracia y libertad.  
Muchas gracias.
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ABAJO SIGUEN IDEAS POSIBLES DE DISCUSIÓN PARA DESARROLLAR, INCLUIR O EDITAR




Posibles desarrollos adicionales a incluir en el discurso/discusión:
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[INICIO INSERTO A]
 [Para establecer una democracia plena y duradera, durante el periodo de transición habrá que formular un modelo democrático y un plan de ejecución que utilice las lecciones aprendidas. ¿Qué errores pueden considerarse como estructurales y cuáles deben evaluarse para fortalecer la democracia? Esas y otras preguntas son las que el exilio y la oposición podemos hacernos para preparar el modelo democrático que deseamos una vez derrocada la tiranía.
En mi libro incluyo un ensayo acerca de la concentración del poder y el efecto que tiene sobre la libertad. Habiendo estipulado que la mejor manera de estimular el progreso y bienestar es maximizando la libertad, considero importante establecer una estructura institucional que haga eso precisamente, maximizar la libertad. Sí, es cierto, estoy hablando de modificar la constitución, posiblemente de cambiarla. Esto lo digo con poca renuencia, porque hay que estar claro: los resultados que ha arrojado la constitución vigente no pueden considerarse un éxito. Es cierto que han existido abusos a la constitución por parte del régimen y no se le puede echar toda la culpa a la víctima, por decirlo así. Pero la constitución es débil y frágil en sus capacidades de defensa de la democracia. Por ello considero que, como mínimo, debe modificarse.
En la constitución hay elementos y detalles para modelar las instituciones del país sobre los cuales tengo desacuerdo, pero considero que su falla fundamental, la que atenta contra la democracia plena, es la concentración del poder en el ejecutivo y la capacidad (legal y no) de éste de aumentar dicha concentración.
La tradición del poderoso al mando es una constante, no solo en Venezuela sino en gran cantidad de países latinoamericanos. Tal vez habría que repensar y considerar los beneficios de sistemas parlamentarios. A fin de cuentas históricamente no parece haber sido una estrategia exitosa eso de tener un individuo todopoderoso al mando de nuestros países. Pocos países democráticos alrededor del mundo en realidad tienen un ejecutivo centralizado sobre la persona del presidente. Uno de ellos, lamentablemente para Latinoamérica, es los EE.UU., a cuyo presidente se le refiere con frecuencia como “el hombre más poderoso del mundo”. Este es un vecino que, a pesar de ser tan odiado, quiere ser emulado, y por lo cual todas las constituciones de Latinoamérica utilizan el modelo presidencialista, en la suposición supersticiosa de que esto puede ser un factor de éxito. Otros elementos del modelo de gobierno de los EE.UU. sin embargo no son copiados y son esos los que de cierta manera limitan el poder del presidente de este país y, como argumenté anteriormente, los límites al poder son esenciales para el buen funcionamiento de una democracia.
[[INICIO INSERTO B]]
[[Como un aparte, quiero decir que el modelo presidencialista puede desvirtuarse como un modelo de “guardián” gerencial, el modelo exitoso sobre el cual se basa la estructura empresarial típica. Al ver una gran empresa exitosa hay quien piensa que sería ideal que un país fuese gerenciado de manera similar. Hay varias razones por las cuales esta línea de pensamiento es peligrosa para la democracia. En el libro hablo acerca de la relación gobierno-empresa y las diferencias entre las habilidades y metas del político exitoso y las del empresario exitoso, calificándolas como incompatibles. En el libre mercado es raro aquel político exitoso retirado que establece una empresa exitosa. El empresario exitoso por lo general tampoco hace carrera política exitosa en el sentido de mejorar el bienestar de sus representados, y con frecuencia se le asocia con escándalos de corrupción o abusos de poder. Sirva Silvio Berlusconi de ejemplo. Más allá de poder o no trascender las diferencias de talento que lo hacen exitoso en el mundo empresarial para ser exitoso en el mundo de la política, el empresario exitoso es el “guardián” de su empresa, y se comporta como tal; pero esa burocracia estricta necesaria para manejar una gran empresa no emula los procesos democráticos de una sociedad. Finalmente, es de hacer notar que los países, por lo general, duran mucho más que las empresas.]]
[[FINAL INSERTO B]]
La experiencia mundial es útil para ver que funciona y que no funciona. En Uruguay, como relato en el libro, después de una dictadura traumática, avenida por el colapso en su sistema de legitimación de la representatividad por vía electoral, se estableció el sistema de balotaje (segunda vuelta). Chile y Argentina también adoptaron el balotaje. Esto por supuesto manteniendo el sistema presidencialista al cual están acostumbrados nuestros pueblos.
La flexibilidad del sistema parlamentario puede de alguna manera incrementar la posibilidad de representación legítima de los ciudadanos. Una virtud de las constituciones venezolanas es haber mantenido la representación proporcional de las minorías. Esto aumenta la diversidad de opiniones y la necesidad de compromiso entre partidos y facciones, proceso fundamental para la legitimación de decisiones democráticas. Además se establece así la necesidad de proteger las minorías de la tiranía de las mayorías.
Sea bajo un sistema parlamentario o un sistema presidencialista, hay una idea inserta en las palabras de Simón Bolívar ante la primera asamblea constituyente de la república de la Gran Colombia, el Congreso de Angostura. Bolívar reconocía la dificultad de gobernar y la necesidad de mantener una memoria política en los organismos del estado para disminuir la volatilidad y discrecionalidad de los gobernantes de turno. Por eso hizo una propuesta basada sobre el parlamento de Inglaterra: un congreso bicameral con senadores hereditarios, similar a los Lores del parlamento inglés. Su argumento era que si una persona es cultivada desde la infancia para ser funcionario público en el cuerpo legislativo de manera vitalicia, dicha persona será menos susceptible a la volatilidad de las políticas coyunturales y se enfocará más sobre las políticas estructurales de la nación. La propuesta de Bolívar no prosperó por muchos motivos, pero considerar la importancia de su enfoque para la memoria política en el liderazgo del país no debe ser descartado y algún mecanismo puede incorporarse para disminuir la volatilidad política, mecanismo que existe en muchas democracias modernas. Ya mencioné la Casa de los Lores en Inglaterra. Las monarquías constitucionales, como España, Holanda, etc., utilizan sus reyes con ese mismo fin. En los EE.UU. la memoria política se mantiene mediante designaciones vitalicias para los jueces federales y de la Corte Suprema y, en menor grado, con un congreso bicameral cuya cámara alta tiene períodos largos con rotación electoral escalonada. El instrumento para mantener la memoria política del país se intentó en Venezuela mediante la figura del Senador Vitalicio para los expresidentes en la constitución del ‘61. En caso de considerarse nuevamente, el instrumento deberá ser algo más fuerte que un senador cada periodo presidencial y puede residir en el cuerpo legislativo, el judicial o ambos. Está abierto a la consideración de los futuros constituyentes. Espero que el ejecutivo hereditario o por designación sucesoral—a lo Corea del Norte, o Cuba—no entre bajo su consideración.
Finalmente hay que destacar esa característica importante de la naturaleza del ser humano que lo impulsa a la acción y que mencioné anteriormente: el interés propio. En el caso de los funcionarios públicos esto puede conducir a la corrupción. Si se estipula como un hecho que la corrupción es naturaleza humana, los mecanismos ex-ante para evitar que ocurra pueden y deben ser diseñados de manera firme. En ocasión anterior ya hablé sobre este tema, basta decir por ahora que en un gobierno simple y limitado existen mejores mecanismos de control y menores oportunidades de corrupción que en un gigantesco aparato de estado burocrático. ]
[FINAL INSERTO A]
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